Autor: Los Irreverentes

Duro revés de Petro en la ONU. Alguien le metió en su atormentada cabeza que él es un líder de talla mundial, un estadista respetable al que el planeta oye con atenta devoción. El salón de la plenaria se vació cuando él empezaba su intervención.

El delirante presidente de Colombia, hombre dominado por sus adicciones, pelea con fantasmas aquí, allá y acullá. Su desconexión con la realidad es preocupante.

Colombia es gobernada por un asesino. Hay que decirlo con todas sus letras y con la boca bien grande. Se trata de un criminal que se forjó en las filas de una estructura que cometió crímenes de lesa humanidad.

El valiente general Ricardo Díaz terminará en la cárcel. El petrismo hará hasta lo imposible por silenciarlo.

El marxismo cultural es el gran enemigo de la civilización de la Cruz, de la libertad democrática y de los valores tradicionales.

El golpe que devolvió la libertad Mucho se ha especulado sobre el papel de la CIA en el derrocamiento de Allende, cuyo gobierno empezó a agonizar desde finales de 1972.[…]

Salvador Allende, el responsable de la destrucción de Chile.

Duro golpe al ‘Clan Jaller’, organización que robó más de $100 mil millones del hospital y la universidad Metropolitana. La comisión de disciplina judicial sancionó al abogado Antonio González Navarro, estratega jurídico de esa estructura.

Ningún efecto tendrán las legítimas expresiones de molestia, indignación y rabia provocadas por la presencia de la deshonesta Laura Sarabia en el gobierno. Como Samper, ahí está y ahí se quedará.

A falta de una oposición vigorosa, porque en Colombia son muy pocos los que le plantan cara al régimen, es bastante paradójico que quienes estén haciendo aquel trabajo sean los propios miembros de la cacareada “familia presidencial”.

Las denuncias de Carlos Alonso Lucio contra Petro sólo pueden ser calificadas como un ajuste de cuentas entre bandidos.

Una nueva alucinación de Petro. Ahora inventó que empresarios españoles y el partido VOX urden un golpe de Estado en su contra. Esa afirmación mentirosa alimenta la tesis de que Petro perdió el control en el consumo de alcohol y drogas.