Las campañas de Santos fueron verdaderos conciertos para delinquir. Debe investigarse el papel de Lina Mahecha, mano derecha de Prieto.
Santos ganó la presidencia vendiéndole la dignidad de la República a una de las empresas con mayor capacidad corruptora de la historia. Así sus secuaces se estén empleando a fondo en la difusión de la mentira de que el candidato no sabía, el problema es de dimensiones oceánicas. La ilegitimidad del gobierno es manifiesta y aquello traerá consecuencias nefastas para la estabilidad del país.
Roberto Prieto, concertado con otros integrantes del bajo mundo como Otto Bula, estructuró verdaderas empresas criminales alrededor de las campañas presidenciales de Juan Manuel Santos.
LOS IRREVERENTES pudieron corroborar con múltiples fuentes, algunas de ellas actualmente ocupan cargos de primer nivel en el gobierno nacional, que Prieto mintió en la entrevista radial cuando aseguró que él no jugaba ningún papel relevante en materia gerencial y financiera en la campaña de 2010 de Juan Manuel Santos. “En 2010, no se movía un papel sin el visto bueno de Prieto. El manejaba la campaña en todos los aspectos”, aseguró una alto funcionario del santismo que estuvo cerca de Prieto durante aquella campaña.
La defensa de los amigos de Santos involucrados en los delitos cometidos con ocasión de la financiación de sus campañas, se ha concentrado en desviar la atención a punta de imprecisiones y manipulaciones. Roberto Prieto y Juan Claudio Morales le han mentido a la opinión pública de manera descarada. En menos de 24 horas, han cambiado de versión sobre asuntos que resultan fundamentales. (Al respecto, puede leer “La confesión de Juan Claudio Morales”).
Ahora bien, es increíble que Juan Manuel Santos no se hubiera enterado de los ríos de dinero que Odebrecht leinyectó ilegalmente a sus campañas políticas. Hasta ahora, se habla de por lo menos $2.5 millones de dólares, cifra que no pasa desapercibida y constituye una alianza corrupta entre el beneficiario –Santos- y el aportante –Odebrecht-.
Santiago Rojas, el hoy director de la DIAN, está metido en serios líos. Alega no haber tenido conocimiento de los $400 mil dólares de Odebrecht en la campaña de 2010 y que se enteró de la existencia de los mismos por la publicación que sobre el particular hizo este portal.
Pero él era el gerente de la campaña y cuesta creer su versión, pues cualquier persona con un mínimo de curiosidad –sobre todo si se trata de alguien con la responsabilidad de gerenciar una campaña presidencial- habría al menos preguntado de dónde diablos salieron 2 millones de afiches. Para mover ese material, se requiere de tres tractomulas cargadas hasta el techo. ¿Rojas no los vio, o prefirió voltear la mirada?
Otra persona que resulta clave para dilucidar el maridaje de la campaña de Santos con Odebrecht es Lina Mahecha, quien en la campaña de 2014 fungió como mano derecha de Roberto Prieto y Enrique Riveira, los encargados de manejar los dineros de la misma. Este portal pudo establecer que la señora Mahecha, que hasta hace pocos meses estuvo casada con Santiago Rojas, conoce a fondo todos las ilegalidades que se cometieron en la campaña. Así mismo, una fuente asegura que ella tuvo vínculos con delegados de Odebrecht. LOS IRREVERENTES intentaron contactar a Lina Mahecha para conocer su versión de los hechos, pero no respondió las llamadas y al final bloqueó el chat por el que también intentó contactársele.
Terminada la campaña, Lina Mahecha fue nombrada en la Casa de Nariño como asesora de Enrique Riveira, quien hoy se desempeña como secretario privado de Santos, pero que durante la campaña reeleccionista llamó al director de la Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade a presionarlo para que firmara rápidamente la adición al contrato de la carretera Ocaña-Gamarra, con el que Odebrecht se hizo a dedo con $900 mil millones de pesos. (Sobre este caso, puede leer “La llamada de Riveira”).
Lina Mahecha y Enrique Riveira en plena campaña presidencial de 2014
Al final del día, toda la verdad terminará conociéndose. Los escuderos del presidente están concentrados en el tapen-tapen, para evitar una mayor lesión del gobierno. Pero el daño ya está hecho. Se trata de sumas de dinero astronómicas, imposibles de mimetizar.
Santiago Rojas debe ponerle la cara al país y contar la verdad. Revelar cómo se manejaron los dineros de la campaña de 2010. Explicar, por ejemplo, que su papel como gerente era puramente simbólico, pues el poder real de aquella campaña lo tuvo Roberto Prieto y aclarar porqué, a pesar de ello, se prestó para firmar unas declaraciones de gastos que él, a ciencia y conciencia, sabía que eran falsas.
Igualmente, Lina Mahecha tendrá que exponer cuál es el alcance de sus vínculos con Odebrecht y revelar toda la verdad sobre su participación en el pacto sellado entre esa empresa y la campaña santista de 2014.
Publicado: marzo 16 de 2017