El concejal Hollman Morris, vuelve a mentir: ahora inventó la muerte de una paciente del hospital San Blas de Bogotá.
La nueva treta de Hollman Morris
Hollman Morris es una de las personas más cuestionadas de la izquierda colombiana. Desde que fungía como periodista y supuesto defensor de los derechos humanos, montó una empresa que le significó el ingreso de multimillonarios aportes de distintas entidades tanto nacionales como extranjeras.
Morris ve en los derechos humanos un mecanismo para llenar sus alforjas y las de su hermano Juan pablo, un hombre gris que se mueve tras bambalinas, cuya función es la de mimetizar el dinero que les ingresa por distintos conceptos.
Desde su llegada al concejo de Bogotá, Morris no ha sido ajeno a las controversias. Una de las más recientes fue generada por la denuncia de una indefensa jovencita que fue amedrentada por la esposa del cabildante – Patricia Casas- quien, enloquecida por los celos, amenazó con agredir físicamente a la muchacha.
Mentiroso compulsivo
Hollman Morris es un mentiroso y un manipulador compulsivo. En su momento, posando de documentalista, les ofreció sus servicios criminales a las Farc para grabar un documental con el que buscaba “volcar a la frágil opinión pública” a favor del canje entre secuestrados en poder de la guerrilla por terroristas presos en las cárceles de Colombia.
Obsesionado con el dinero, el negocio de Morris consiste en mostrar ante el mundo que Colombia es poco menos que una carnicería en la que las personas más vulnerables son asesinadas por cualquier motivo.
El truco le funcionó muy bien durante algunos años, hasta que poco a poco se fue develando su verdadera naturaleza mercantilista.
Fabricante de víctimas
En 2007, Morris mostró en su programa-negocio Contravía el testimonio de una habitante de la denominada comunidad de paz de San José de Apartadó que denunciaba que su esposo supuestamente había sido desaparecido por una patrulla del ejército nacional, apoyada por unos paramilitares.
Morris, con voz dramática le preguntaba a la desconsolada señora por la suerte de su marido. Ella, siguiendo el libreto se limitaba a responderle que “de él no se sabe nada”.
El esposo “desparecido” se llama Wilson Albeiro Cardona Borja y era un guerrillero del frente 58 de las Farc.
Meses después de que apareciera la entrevista que Morris le hizo a su esposa, Cardona desertó de la guerrilla y declaró que “a mi esposa le pagaron una plata para que dijera eso en la televisión”.
Por su parte, la señora confesó que “lo que dije en esa película lo hice porque fui presionada. Me pagaron para que yo hablara todo lo que hablé. Quiero decir que mi marido fue guerrillero. Ya se desmovilizó y estamos viviendo muy felices…”
Sigue inventando víctimas
Ahora que Morris abandonó el periodismo “humanitario” como medio para amasar fortuna y que funge como concejal petrista de Bogotá. Desafortunadamente sigue utilizando los mismos trucos de antaño para llamar la atención.
El pasado 8 de febrero, Morris dijo en la plenaria del concejo de la capital colombiana que la señora Dora Giraldo Montoya había muerto en un hospital del sur de la ciudad por falta de atención médica.
Según Morris, la pobre mujer llegó de urgencia al hospital San Blas, lugar en el que no había insumos para extirparle la vesícula y aquello terminó costándole la vida.
Para Morris, su denuncia era fundamental. Al precio que fuera debía demostrar el caos administrativo del gobierno de Enrique Peñalosa y decidió que la forma de hacerlo era evidenciando fallas en los servicios de salud.
Desmentido
Resulta que, una vez más, se ha podido comprobar que Morris estaba mintiendo. La supuesta víctima no solo está viva sino que, además, se declara infinitamente agradecida por las atenciones médicas que ha recibido de los profesionales que trabajan en el hospital.
“En el San Blas muy buena la atención, porque acá estoy…Yo me he sentido muy bien y la atención en el hospital me pareció muy buena”, sentenció la humilde señora a la que Hollman Morris “mató” en medio de su delirante obsesión por destrozar al alcalde Enrique Peñalosa.
Réplica a una columna de Leszli Kálli
Ejerciendo el derecho a réplica, el señor Arley Anaya ha enviado la siguiente nota, en respuesta al artículo “Audio, dinero y aval sin justificación” de la columnista de LOS IRREVERENTES, Leszli Kálli, publicada el pasado 15 de febrero de 2017.
Este portal, cuya bandera es el ejercicio del periodismo sin censura, reivindica y promueve la libertad de opinión de sus columnistas y colaboradores. Aquello significa que respalda de manera férrea las investigaciones y denuncias que ellos hagan sin desconocer en ningún momento el derecho que también le asiste a quienes se sientan aludidos a presentar su versión de los hechos.
Lea acá la réplica de Arley Anaya
Publicado: febrero 17 de 2017