No tiene porqué sorprender o indignar la inclusión que ha hecho Petro de la señora Cielo Rusinque en la terna de la que saldrá el magistrado que reemplazará al cuestionado Alejandro Linares, hombre que le hizo a Santos todos los mandados posibles en la corte constitucional.
Durante la primera fase de la revolución bolchevique, Lenin creó la denominada comisión extraordinaria para la lucha contra la contrarevolución y sabotaje de toda Rusia, entidad que es conocida con el nombre de ‘Checa’.
Fue el brazo armado del régimen. Los integrantes de esa policía política tuvieron la innoble misión de ajustar cuentas, encarcelar, torturar, enviar al gulag y liquidar a los enemigos de la revolución.
Hay abundante literatura que recoge los abusos y los crímenes cometidos por los miembros de la ‘Checa’, sujetos embutidos en abrigos de cuero negro que golpeaban las puertas en medio de la noche, logrando que el pánico invadiera a la infeliz víctima y a sus familiares. Una visita de la ‘Checa’ era, en el mejor de los casos, sinónimo de un par de décadas de trabajos forzados en las estepas siberianas. El “crimen”, muchas veces, era el haber sido el primero en dejar de aplaudir al líder.
El mundo ha evolucionado y los métodos de las ‘Checas’ del socialcomunismo de hoy se han perfeccionado. Petro, cómo no, tiene su brazo armado, su policía política y su cuadrilla de sicarios morales, siendo Cielo Rusinque una de las principales cabecillas de esas estructuras de choque dispuestas a todo, si de acabar con el rival se trata. Ya no los matan ni los deportan, pero sí los pulverizan, por ejemplo, a través de campañas de desprestigio en las redes sociales.
Rusinque es una mujer abyecta, moralmente roma, sin principios ni límites. Ella ha sido de las que con más disciplina ha cumplido el mandamiento petrista de acanallar la política colombiana.
Es una persona rasa de modales, efervescente, de reacciones rápidas y por supuesto irreflexivas. Le resulta fácil cumplir órdenes, sobre todo si estas consisten en atacar al rival, pero en cambio es poco diestra cuando de medir consecuencias se trata.
Su fundamentalismo extremo la convierte en un ser binario: o es blanco, o es negro. Quienes no son sus camaradas, son enemigos que merecen trato impiadoso.
Algunos han dicho que es una mujer inteligente, cuando su proceder delata que se trata de una persona en cuya corteza cerebral escasean las neuronas.
Es singular imagen del petrista promedio: insolente, alevosa, amenazante, zafia, impulsiva e irrespetuosa. La musa perfecta para el presidente de Colombia, que muy coherentemente ha considerado que ella sea uno de los nueve magistrados que integran el tribunal que salvaguarda e interpreta a la constitución política.
Será una estupenda “chequista”, y hará lo que se requiera para favorecer a Petro y a la pandilla de narcos y delincuentes que lo rodean. Rusinque no golpeará con porras de goma, sino con sentencias y fallos de tutela.
Publicado: octubre 3 de 2023