Ha trascendido que el gobierno se apresta a designar a la errática exministra de Minas Irene Vélez como cónsul general de Colombia en Londres, pasando de largo frente a las razones por las cuales esa cuestionada mujer fue sacada del gobierno a mediados de julio del año pasado.
Efectivamente, Vélez tuvo que renunciar luego de que se conocieran las evidencias de que ella abusó de su poder como ministra, al ordenarle a Migración Colombia que permitiera la salida del país de sus dos hijos menores de edad, violando los protocolos establecidos.
Hace pocos días la Procuraduría General de la Nación anunció la formulación de cargos contra Vélez, advirtiendo que ella habría incurrido en el “presunto uso de influencia ejercida por el rol desempeñado, con el fin de lograr que oficiales de Migración Colombia permitieran la salida del país de sus hijos menores de edad… La sala disciplinaria de instrucción adujo que la entonces funcionaria no habría dejado el permiso necesario para que los niños salieran de Colombia, por lo que se valió de una llamada telefónica y el envío de un correo electrónico para gestionar el trámite correspondiente”.
El ministerio público considera que la exministra incurrió en una falta gravísima a título de dolo, y de ser hallada responsable, deberá ser inhabilitada para ejercer cargos públicos por un periodo de hasta durante 20 años.
Las pruebas contra la abusiva Irene Vélez son contundentes. Ella evidentemente violó el código disciplinario -y posiblemente el penal- y la sanción le llegará tarde o temprano, realidad que Petro se pasa por la faja al designarla como diplomática ante el Reino Unido.
Colombia se verá sometida a una vergüenza oceánica, cuando la jefe de la cabeza de la oficina consular en la capital inglesa tenga que salir de su cargo por cuenta de la inevitable inhabilitación que le impondrá la Procuraduría.
El nombramiento de Irene Vélez es un alevoso desafío de Petro a la máxima autoridad disciplinaria, esa misma que lo sancionó cuando era alcalde de Bogotá por corrupto e incapaz de administrar con transparencia y eficiencia los recursos capitalinos.
Desde entonces, Petro -fiel a su gen terrorista- tiene a la Procuraduría General en su mira. Quiere incendiar y demoler esa institución centenaria, ideada por el Libertador.
Ahora bien, fuentes de la cancillería le confirmaron a este portal que UNIDIPLO, el sindicato de funcionarios de la carrera diplomática y consular, esperan a que se produzca el nombramiento de Vélez para presentar la correspondiente demanda ante el Consejo de Estado, con fundamento en que en la nómina de la carrera hay personas preparadas y disponibles para ocupar la posición en el consulado londinense.
Merece ser recordado que el Consejo de Estado ha tumbado muchísimos nombramientos del régimen colombiano, designaciones que han favorecido a personas abiertamente incompetentes -como el embajador y el cónsul en México-.
Entonces, será inminente la demanda del nombramiento de Irene Vélez, la fundamentalista tramposa que debería evitarse dolores de cabeza, cuestionamientos, demandas y demás, declinando el nombramiento del que será beneficiaria.
Pero aquello no sucederá: los miembros de la extrema izquierda, cual parásitos, necesitan nutrirse de la savia del erario, porque no tienen la menor noción ni intención de trabajar en el sector privado.
Publicado: abril 16 de 2024