Orondo, el narcocanciller Leyva empezó su intervención de la semana pasada en la comisión segunda del Senado aseverando que una de sus grandes tareas ha sido la de facilitar la declaración de Mancuso ante la JEP, testimonio que, como ha trascendido, se ha concentrado en la acriminación del expresidente Uribe.
No tiene porqué extrañar. Leyva Durán ha sido, es y seguirá siendo un miembro orgánico de las Farc, o como dice la excandidata Íngrid Betancourt, es “canciller” de esa banda terrorista.
Su enemistad con Uribe es manifiesta, y ha dedicado buena parte de su vida a perseguir y urdir montajes contra el exmandatario de Colombia.
Era evidente que Leyva se valdría de su cargo como jefe de la diplomacia colombiana para planificar y ejecutar la pulverización de Uribe Vélez.
El expresidente no es tonto ni ingenuo. Él conoce perfectamente los riesgos a los que se enfrenta desde que Petro ejerce el gobierno.
Por eso resulta increíble su actitud meliflua y graciosa. De nada sirven la complacencia, ni los tinticos en Casa de Nariño. La decisión de cortarle la cabeza está tomada y es irreversible.
La televisión pública, en cabeza del degenerado Hollman Morris, está concentrada en hacer reportajes amañados en su contra y, como si aquello no fuera suficiente, ha trascendido que el centro nacional de memoria histórica promueve la proyección del bodrio producido por un indigente moral y que se comercializa bajo el nombre Matarife, un “documental” ignominioso, evidentemente calumnioso que, de principio a fin, construye una infinita cantidad de mentiras respecto de la vida y obra del expresidente de la Seguridad Democrática.
Para Petro y para el resto de la extrema izquierda es un imperativo acabar con Uribe. El narcogenocida alias Timochenko, se sumó a la persecución. Cabalgando sobre la impunidad que disfruta, le mandó un misil al expresidente al decir: “Sugiero al doctor Uribe que, tras las declaraciones de Salvatore Mancuso y el monumental material probatorio por su presunta responsabilidad en graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario, se someta a la JEP. Aún puede contribuir a la paz y asumir su responsabilidad”.
Ese matón, que debería estar pudriéndose en una cárcel, se concede la licencia para hacer sindicaciones contra un líder que fue elegido democráticamente.
No puede esperarse menos en un país cuyo primer mandatario es un depravado con amplia experiencia en el crimen y que ejerce el cargo bajo los efectos de la cocaína.
Mucho se equivoca el doctor Uribe al creer que con zalamerías logrará aplacar a sus verdugos. Tristemente, el epílogo de su vida será un monumento a la injusticia que se traducirá en cárcel o exilio.
Publicado: diciembre 19 de 2023