El resurgir del uribismo en Antioquia

El resurgir del uribismo en Antioquia

Desde que el Centro Democrático existe como partido político no había podido ganar la gobernación de Antioquia, departamento que es considerado como “la meca” del ideario uribista. 

Esa realidad política era contradictoria. El partido del expresidente Uribe logró obtener mayorías en el Senado, llevar a Iván Duque a la presidencia, pero no podía imponerse en la carrera por la el gobierno local antioqueño. 

Recién comenzaba la campaña electoral que culminó el pasado domingo, y el exsenador José Obdulio Gaviria puso el ojo sobre el exitoso exalcalde de Rionegro Andrés Julián Rendón como posible figura capaz de ganar la esquiva posición departamental.  

En esta ocasión las circunstancias políticas eran mucho más complejas que en el pasado. Petro intentaba imponer su poder apoyando a quien se consideraba imbatible, el cuestionado exgobernador Luis Pérez Gutiérrez. La clase política tradicional empezaba a cerrar filas alrededor de Luis Fernando Suárez, el candidato respaldado por el gobernador Aníbal Gaviria.

Por su parte, el oscuro alcalde Daniel Quintero impulsaba decididamente -y con el presupuesto de Medellín- a Esteban Restrepo.

Ese panorama alimentó el escepticismo; no eran pocos los que preavisaron una nueva derrota del CD en el departamento.

Pero en política no hay nada escrito. Rendón hizo una campaña fenomenal. Presentó un programa estupendo que congregó a los electores uribistas y a militantes de otras fuerzas. Poco a poco fue creciendo en las encuestas, logrando que las proyecciones demoscópicas se hicieran realidad. Casi 950 mil personas concurrieron a votar por él. 

A partir de enero próximo, Antioquia tendrá a Rendón como gobernador y ,quién lo fuera a imaginar, al otrora imbatible Luis Pérez Gutiérrez como diputado a la Asamblea. 

El triunfo de Andrés Julián Rendón no es un asunto menor y puede tener consecuencias muy positivas para el uribismo de cara a las elecciones de 2026 -en el supuesto de que Petro respete el ordenamiento constitucional y permita la elección de un nuevo Congreso y un nuevo presidente de la República-.

Los partidos que pierden su vocación de poder desaparecen o se convierten en vulgares centrales de venta de avales. El Centro Democrático, que viene de un pésimo desempeño en las elecciones de 2022, tiene en Antioquia un sólido pivote sobre el cuál podrá erigir una plataforma electoral, entendiendo la nueva dinámica política colombiana.

Si Rendón ejerce su mandato con apego al programa con el que ganó, si integra un equipo de gobierno que represente a la base social que lo eligió, si no entra en esa nefanda dinámica de muchos que en el pasado no muy remoto se eligieron con las banderas uribistas, pero ejercieron sus cargos desapegándose de aquellas, es altamente probable que el partido del expresidente Uribe vuelva a la -en este caso sí aplica la denominación- primera línea del combate democrático. 

¡Claro que hay líderes en la centro-derecha de Colombia! Sólo hay que tener la inteligencia y el tacto para identificarlos y ubicarlos en el lugar donde mejor puedan desempeñarse. 

Dejar de lado tantos cálculos menores, ponier la mirada más allá de las pequeñas controversias locales, y superar tantos “odios” que son reflejo de vanidades personalísimas, mas no el resultado de diferencias estructurales. 

Lo cierto es que, hay que decirlo en el más elevado de los tonos, lo de Antioquia fue una epopeya y el triunfo de Rendón debe entenderse como la principal señal de que la extrema izquierda no logró su cometido de acabar en estas elecciones con Uribe y con su partido.

@IrreverentesCol

Publicado: octubre 31 de 2023