De buenas intenciones está lleno el camino al infierno, San Francisco de Sales.
El populismo reverdece en el mundo contemporáneo. Crece allí, donde las instituciones democráticas y liberales fallan. Se nutre del inconformismo y se extiende como una incitación a salidas contestatarias y desesperadas (Ver: Giraldo Ramírez, 2018).
Populistas a la colombiana los hay y muchos.
Desde Jorge Eliecer Gaitán, pasando por el general Rojas Pinilla, caminando con Álvaro Uribe Vélez para llegar a Gustavo Petro, un populista a la colombiana dedicado a imitar a los demás populistas con el fin de satisfacer su propia egolatría.
Porque, siempre, en un momento de debilidad institucional y democrática como la presente bajo el régimen del gobierno corrupto y amoral petro caos, surgen personajes como Yo Claudia López quien se vendió como la candidata anti corrupción para ver; lo que se está viendo.
Bogotá, bajo Yo Claudia quedó abandonada a su suerte siendo tierra de nadie como el caso de sicariato ocurrido la semana pasada cuando a un joven abogado le disparan 10 veces delante de su hijo quien fallece en el acto.
Bogotá, necesita llegar al consenso de la SEGURIDAD como la base de su calidad de vida.
SEGURIDAD, para estar libre de riesgos ante las estructuras criminales quienes se apoderaron del diario vivir del ciudadano de a pie quien sale todos los días con el corazón en la mano y regresa a su casa dándole las gracias a Dios porque no le pasó nada grave.
SEGURIDAD, para el ciudadano y no para el delincuente.
SEGURIDAD, donde la justicia opere como debe ser y no en favor de los capuchos anarquistas que tienen azotadas a las universidades públicas defendidos a capa y espada por el candidato Bolívar y YO Claudia durante la toma guerrillera urbana que se produjo post pandemia COVID 19.
Bogotá, necesita un GERENTE que gerencie en pro de los ciudadanos y no de sus propios intereses o egos.
No solamente, un gerente que gerencie, sino un concejo que supervise y controle a ese gerente.
No, como el concejo de YO Claudia que permitió al señor Galán renunciar a su legitimo derecho de hacer oposición.
Pero, no.
El señor Galán se amangualó con Yo Claudia y ahí quedó el resultado de un concejo que pasó con más pena que gloria.
Cómo puede ser posible, por ejemplo, que ningún ente de control capitalino realizó algún debate de relevancia frente a los más de 170 frentes de obras que quedaron sin terminar bajo la alcaldía de Yo Claudia, algunos de ellos con contratos post pandemia 2019.
Ni hablar, del proyecto del metro, el cual cayó en la disputa de los egos individuales populistas y carnívoros de esa rancia izquierda bogotana populista, como diría Hugo Chávez.
Quisiera pensar en positivo para los próximos cuatro años de Bogotá.
Una ciudad que merece un alcalde que la quiera, que la consienta, que la prepare con amor para la celebración de los próximos 500 años de su fundación.
Bogotá, necesita que la quiera como si fuera su propia casa.
Con sentido de pertenecer a Bogotá y no con sentido de ser un trampolín para la próxima presidencia como lo fue el caso de Yo Claudia o Gustavo Petro.
Porque las consecuencias de votar mal ya las conocemos.
Del Petro caos a Yo Claudia, unos populistas que se dejaron llevar por sus egos en detrimento de una ciudad que merece un mejor destino que su tiempo presente.
Ojalá, no tengamos una desagradable sorpresa.
Puntilla: Y, del partido conservador en la cámara de acusaciones, bien gracias…
Rafael Gómez Martínez
Publicado: octubre 31 de 2023