Los fantasmas de Petro

Los fantasmas de Petro

Siempre habrá un enemigo al acecho. Cuando no es el cacareado “paramilitarismo”, entonces será el uribismo, que para él son la misma cosa. Cuando aquel rival deja de servirle, desempolva su repertorio ambientalista, y como buen fanático de la extrema izquierda infunde pánico advirtiendo que estamos ante la inminente extinción de la humanidad. 

Posando de súper héroe, intenta convencer a los suyos de que el aporte de Colombia a la lucha contra el cambio climático es invaluable, razón por la que torpemente dijo que acabará con lo que él llama economía extractivista (sic), decisión que llevará a la ruina a un país cuya principal fuente de ingresos es, precisamente, la producción de hidrocarburos. 

Pero sus delirios no quedan en ese punto.

Es paradójico que los tiranuelos de extrema izquierda son valientes con los dictadores muertos, pero bastante dóciles frente a los vivos.

Vemos a Petro lanzando fuertes consignas contra el general Augusto Pinochet, fustigándolo implacablemente y emitiendo la respectiva sentencia histórica con la que condena al hombre que, en criterio de muchos, salvó a Chile del régimen comunista y maligno de Salvador Allende a quien, cómo no, el mandatario colombiano tiene entronizado en destacado lugar de su santoral político. 

¿Por qué tan alevoso con un dictador que murió hace cerca de 17 años, pero tan amable con los que aún viven?

Difícilmente se oirá a Petro lanzando un cuestionamiento o haciendo una denuncia contra Nicolás Maduro. No. Particularmente contra él no dirá nada, no vaya y sea que los agentes de la satrapía venezolana enrostren los dineros que aportaron para la campaña que lo condujo a la presidencia. 

Hace algunos años el extraditable Diosdado Cabello dejó sentado que, en 2018, el chavismo-madurismo había entregado bultos llenos de efectivo. Y para la del 22, como se ha denunciado, la operación se repitió curiosamente a través de un íntimo de Armando Benedetti quien fue favorecido con la embajada en Caracas. Todo coincide, todo es evidente, todo es muy claro. Pero la justicia de Colombia, esa que es imbatible cuando de mirar para otro lado se trata, insiste en garantizar la impunidad de los protagonistas de ese entramado criminal. 

Benedetti, con el pecho hinchado, asegura que jamás van a proceder en su contra, pues según él tres de los seis magistrados de la sala de instrucción lo están apoyando. 

Sí hay un dictador muerto con el que Petro es generosísimo: Fidel Castro. El responsable del asesinato de miles de personas, el aliado de decenas de narcotraficantes, el responsable de la destrucción de un país, el que ordenó el encarcelamiento de decenas de miles de opositores, el culpable de la hambruna de un pueblo entero. Con Fidel Petro siempre será espléndido. Al fin y al cabo Cuba, en los años 80 del siglo pasado, otorgó refugio a los genocidas del M-19. Los bandidos que secuestraron la embajada de la República Dominicana, encabezados por Rosemberg Pabón, fueron recibidos por el castrismo como héroes egregios.

La isla aún sirve de escondedero para otros criminales de lesa humanidad, como los jefes del ELN que, desde una cómoda mansión en La Habana, planifican y ordenan actos terroristas. 

La de Petro con el régimen cubano no es una relación de Jefe de Estado sino la de un viejo compinche. 

Que nadie se sorprenda si en estos días el mandatario colombiano, que es feliz entrometiéndose en los procesos electorales de otros países, la emprende contra otro dictador muerto, el general Franco, creyendo que de esa manera le da un empujón a su viejo amigo Pedro Sánchez quien está tratando de armar una coalición para renovar su gobierno, luego de las elecciones que tuvieron lugar el pasado 23 de julio en España.

El delirante presidente de Colombia, hombre dominado por sus adicciones, pelea con fantasmas aquí, allá y acullá. Su desconexión con la realidad es preocupante. La mala noticia es que la condición mental del gobernante es crónica y nada, absolutamente nada, podrá detener su deterioro psiquiátrico.

@IrreverentesCol

Publicado: septiembre 19 de 2023

2 comentarios

  1. Que buena columna. No podemos olvidar el pasado criminal del mesías Salvador del mundo, que ahora posa como adalid dela moral y la decencia, porque cree que 11 millones de votos obtenidos fraudulentamente, son mayoría, en un pais con 50 millones de habitantes.

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