Cartagena, podredumbre electoral

Cartagena, podredumbre electoral

Viendo el hundimiento de mi ciudad, que viene de vieja data. De la acumulación de sucesivos pésimos gobiernos, que la tiene sumida en una gran pobreza. Que inicia su enorme desastre con la llegada del voto popular, a pesar de estar de acuerdo con esa herramienta electoral.

Visitando los populosos barrios cartageneros, pude corroborar lo que siempre sospeché; que desde el mismo instante en que empieza la precampaña electoral se da inicio a la enorme corrupción que envuelve este proceso y que es donde empieza la preocupante degradación de esta ciudad, y que como consecuencia la tiene sumida en un gran atraso moral, a pesar del desarrollo económico que ha generado el turismo, el puerto y la industria.

Es el típico caso donde la economía va bien pero la ciudad va mal, y el desarrollo económico no se traduce en desarrollo social, porque el desastre se inicia con los procesos electorales. La masa votante de Cartagena, la que tiene en sus manos una gran decisión, la clase política no les cumple porque ya les han cumplido comprándole los votos.

Que empieza con la compra de conciencia de sus líderes barriales, que le venden su alma al diablo.

Como siempre, la empresa privada marchando a buen ritmo, generando empleos y valores agregados. Y la empresa pública, la clase política, la que tiene en sus manos la construcción de la ciudad no lo hace a pesar de contar con un billonario presupuesto.

La empresa privada calla ante el desastre, silencia su importante voz, y notiene un querellante que eleve su descontento, como si acaso la ciudad no fuera también de ellos.

Entonces aparecen candidatos de todos los pelambres y la clase política prepara su nefasta maquinaria. Hay unos con mucha opción, que dicen; “roban, pero hacen obras”. Como si pudiéramos darnos el lujo de perder un solo centavo, habiendo tanta necesidad.

Aquí no se debe perder un solo peso del erario, porque cada vez que lo hacen le destripan el cerebro a un niño, y le quitan el pan de la boca a los que tienen hambre. Yo, qué he visto como púlala el hambre como un monstruo devorador de familias en los barrios marginados.

 ¡Robar para vivir en palacios de mármoles!

Los barones electorales locales, muy poderosos, prometen hacer elegir a cualquiera para un cargo de elección, siempre y cuando se les ofrezca una multimillonaria y astronómica suma de dinero.

Y esta tan degrado el ambiente electoral y el pueblo sumido en un desastre económico- existencial que exigen dinero para firmar las planillas de recolección de firmas a los precandidatos que lo hacen por ese mecanismo.

Todo esto, sin todavía siquiera convocar a una reunión por que los supuestos líderes de barrios no las hacen sino hay dinero de por medio.

La ciudad está presa del monstruo de la corrupción electoral. Allí en ese instante, se inicia la gran debacle cartagenera.

@GabrielTorices

Publicado: julio 6 de 2023