Este escrito lo realice a muchas manos con miembros de la Lonja de Propiedad y Raíz de Cartagena y Bolívar (LPRCB), interesados por supuesto, en el ordenamiento del territorio de Cartagena, no solo en su área urbana y rural, que es lo que le concierne al POT (Plan de Ordenamiento Territorial), sino también en su área de influencia que se extiende hasta los municipios vecinos, que en algunos casos están conurbados.
Los inmobiliarios somos un sector que dinamiza nuestra economía y es una extensión natural del sector de la construcción, y como gemelos marchamos juntos en la generación de riqueza, por lo tanto lo que se planee en ella afectará no solo nuestro sector sino a la ciudad en general.
Nuestra ciudad es una de las más estudiadas de Colombia, desde el ordenamiento de la malla cuadricular española, la que vemos su mano sabía por ejemplo en el centro histórico. Su trama localiza usos y equipamientos: viviendas, iglesias, parques, plazas, puerto, acueducto, drenaje pluvial, centro administrativo y hasta manejo de la climatología para el rigor del calor, y manejo de protección costera.
Cartagena como señala el artículo de Jaime Bonet, en El Universal, acerca de los muchos estudios realizados en la ciudad en sus diferentes momentos, todos muy buenos, con gran visión pero en alto porcentaje incumplidos, los que acumulan una deuda histórica en cuanto a su realización, y por lo tanto en la ejecución de las obras públicas que lo construyen. Desde el estudio de Pearson, que se adelantó con muy buena visión de ciudad en la administración del alcalde Enrique Grau Vélez, en 1911.
El plan programa una seria de obras que se lograron materializar: como la apertura de la Matuna, el parque Centenario, el Mercado público, el teatro Heredia, la posible localización de la Base Naval, el puerto de Manga y otras desafortunadas como la demolición de las murallas y la rellenada del canal San Anastasio (hoy necesario para el sistema de drenajes pluviales), sin embargo quedaron algunas inconclusas.
Obras que dinamizaron el crecimiento de la ciudad, generando muchísimos empleos después que la ciudad había quedado devastada por la gesta de independencia y que muy lentamente se venía reponiendo de ese momento histórico tan tenaz.
Es decir lo que se haga o deje de hacer con nuestro ordenamiento territorial afectara nuestra economía, nuestra vida cotidiana, y por lo tanto la calidad de vida del cartagenero y la competitividad de la ciudad en el marco de la economía nacional y un mundo globalizado.
Es por eso que como inmobiliarios le apostamos sin menoscabar la naturaleza, a que la ciudad produzca riqueza en su ordenamiento, abriendo nuevas fronteras inmobiliarias, nuevas áreas expansivas para la industria y mucho aprovechamiento de ese regalo que nos dio la naturaleza; una ciudad rodeada de cuerpos de agua, que facilitaría muchas cosas; su movilidad, su oferta de espacio público, su desarrollo turístico.
Ninguna ciudad del país tiene los atributos y las bondades que le da la geografía, las cuales es un enorme incentivo para la inversión en el turismo: más de 400 kilómetros de costas.
Decía el poeta Félix Turbay, Dios hizo a Cartagena cuando era marinero.
Publicado: junio 7 de 2023