La narrativa de la izquierda es hacerle creer a los colombianos que la versión de Mancuso ante la JEP (Jurisdicción Especial de Paz) es el comienzo de las revelaciones de todos los hechos atroces que cometieron los paramilitares en medio de la guerra que libraron contra la guerrilla.
Vi -intermitentemente- la audiencia única de aporte a la verdad de Salvatore Mancuso Gómez ante la JEP. Esa audiencia es requisito procesal para que la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas evalúe si esos aportes se ajustan a los parámetros normativos que exige que los aportes sean presentes, efectivos, suficientes y, además, “novedosos”, para posteriormente definir la solicitud de ingreso a la JEP elevada por Mancuso.
¿Por qué Mancuso quiere ingresar la JEP?
Mancuso se desmovilizó junto a 1.434 hombres el 10 de diciembre de 2004 en la Finca Brisas de Sardinata, Tibú, Norte de Santander, ostentando la jefatura del Estado Mayor de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC, gracias a la Ley 975 de 2005 que permitió el proceso de paz y la reincorporación individual y colectiva a la vida civil de miembros de grupos armados al margen de la ley.
Tras su sometimiento al proceso de Justicia y Paz, y en cumplimiento de la decisión tomada por la Sala de Casación penal fue extraditado el 13 de mayo de 2008 hacia los a Estados Unidos de Norteamérica por delitos de tráfico de narcóticos, previa medida de aseguramiento proferida con fines de extradición por la fiscalía general de la Nación mediante resolución del 23 de septiembre de 2002.
El 20 de noviembre de 2014 el Tribunal de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, profirió sentencia contra los postulados Salvatore Mancuso Gómez y otros integrantes de las AUC por los delitos contra el DIDDH, el DIH y conexos. Vale la pena precisar que esa sentencia de 2.261 páginas debería ser socializada, estudiada y leída por todos los sectores de la sociedad, especialmente por los medios de comunicación y la academia, para entender la eficacia de la verdadera Justicia Transicional que busca verdad, justicia, reparación y no repetición.
Mancuso quiere regresar a su país, a su tierra, con los suyos, pero en libertad.
La preocupación de Mancuso y su equipo de abogados es que al llegar al país quedaría a disposición de las autoridades, quienes deberán cotejar si tiene medidas de aseguramiento o requerimientos judiciales. En la actualidad, Mancuso tiene varios procesos abiertos en el Tribunal de Justicia y Paz de por lo menos 75 mil hechos criminales, también, esta cobijado de medida de aseguramiento impuesta por el Tribunal Superior de Barranquilla, consistente en detención preventiva por no haber acreditado legalmente sus estudios educativos mientras purgaba condena en los Estados Unidos. Pero la investigación más grave que pesa sobre Mancuso y que involucrar a su esposa es la que adelanta la jurisdicción ordinaria por lavado de activos, abierta posterior a su desmovilización, lo que implicaría su exclusión de los beneficios que le otorga la Ley 975/2005.
Toda la versión de Mancuso ante la JEP es un relato de todas las versiones libres y confesiones de los jefes e integrantes de los grupos paramilitares que se sometieron al proceso de paz y que fueron beneficiados con penas alternativas que no superaron los ocho años de privación de la libertad.
Por ejemplo. La versión dantesca de que un sin número de víctimas de los paramilitares en Norte de Santander fueron a parar a hornos crematorios no es nueva, esa confesión es de Jorge Iván Laverde, alias el Iguano, quien en cumplimiento de la Ley de Justicia y Paz y en evento público pidió perdón ante los familiares en el 2019 https://www.youtube.com/watch?v=46cATa256l8
Desde antes y posterior a la desmovilización de los paramilitares toda la izquierda, con posiciones dominantes al interior de la institucionalidad y del establecimiento colombiano han relatado con mayor fuerza y difusión los horrores cometidos por los paramilitares en medio del conflicto, y han romantizado con barniz de lucha social y política las atrocidades cometidas por la guerrilla. Toda esa narrativa preferencial se prueba en el informe final de la Comisión de la Verdad que presidió el sacerdote jesuita Francisco de Roux, informe sesgado, politizado, parcializado y, dirigido a dejar al Estado y al paramilitarismo como victimarios de la sociedad y de la guerrilla.
La estrategia de la izquierda con Mancuso es la apuesta final para subir a un jefe paramilitar a las tribunas desde donde se relata la narrativa que se escribió en La Habana y que busca aniquilar social, política, y judicialmente a los actores políticos, gremiales, empresariales, cívicos, que se opusieron o enfrentaron durante las últimas décadas la barbarie terrorista impuesta por las FARC y el ELN.
Las constantes visitas de congresistas como Piedad Córdoba e Iván Cepeda a cárceles de los EE.UU. ofreciendo inmunidad judicial con el ropaje de visitas humanitarias a condenados como Mancuso es otra prueba del verdadero propósito de esta nueva obra de teatro mediático le hace daño al propósito que todos deseamos como el de lograr en verdad la paz, paz que tiene que estar enmarcada con la misma rigurosidad y beneficios para todos los actores que participaron en el conflicto armado.
Atentos a la definición de la JEP.
Publicado: mayo 24 de 2023