Fracaso tras fracaso

Fracaso tras fracaso

Tras el fracaso de la reforma política, la reforma a la salud naufraga lentamente y por el mismo camino irá la reforma laboral. El Congreso ha mostrado una necesaria y conveniente independencia y el Gobierno no encuentra rumbo. ¿Acudirá Petro al camino de la constituyente?

Aunque traten de negarla, la reforma política era una de las banderas del Gobierno y el Pacto Histórico. Buscaron imponer las listas cerradas con financiación exclusivamente estatal para que ningún particular pudiera participar en las elecciones a través de las donaciones y así convertir a los partidos en prisioneros del Ministerio de Hacienda. Un anhelo de siempre de la izquierda que a buena hora fue rechazado por el Congreso.

Por los lados de la reforma a la salud el panorama no es muy distinto. Así como la Ministra Corcho no tuvo en cuenta las observaciones del gabinete y radicó un proyecto radical, tampoco fue capaz de ceder para llegar a un acuerdo con los partidos tradicionales. Su obsesión por acabar las EPS es absoluta y sus intenciones de burocratizar el sistema a nivel territorial y entregarles a los alcaldes y gobernadores la administración de los recursos de la salud fue un inamovible completamente inviable.

La eficiencia del aseguramiento privado jamás podrá ser reemplazado por la corrupción y negligencia de los hospitales públicos. Una lógica básica que todos los actores sensatos pusieron de presente, pero que fue descartada de plano por una Ministra sectaria y arrogante que nunca bajó la cabeza para entender que no tenía mayorías para pupitrear su proyecto.

Y por la misma línea va la reforma laboral. Sí, mucha mesa de concertación estos meses y mucha socialización del Ministerio, pero si algo ha quedado claro es que este Gobierno no mueve sus posturas a pesar de las críticas. El articulado parece redactado en el escritorio de un sindicato e implicaría una estocada fulminante al músculo empresarial de este País.

Y ni qué hablar de la paz total. Uniformados asesinados por doquier, la Fuerza Pública con las manos amarradas, el Gobierno intentando la excarcelación masiva de miles de delincuentes, premiando al narcotráfico con el proyecto de ley de sometimiento y los indicadores de seguridad por el piso.

Ahora bien, el verdadero riesgo con lo que está ocurriendo, con esta seguidilla de fracasos y de muestras de independencia del Congreso, es que Petro acuda al camino de la constituyente para intentar aprobar a las malas sus reformas radicales.

Una medida que ojalá no ocurra, pero que, siendo realistas, es altamente probable. Dificilmente Petro dejará pasar el tiempo viendo cómo se hunden sus reformas y la promesa de cambio se queda en un simple discurso de campaña.

El problema con ello, además de los riesgos infinitos que implica una constituyente en términos institucionales, es que el País vuelva a vivir una ola de violencia semejante a la del paro del 2021, donde la primera línea destruya las ciudades para presionar la aprobación de la propuesta del Gobierno.

@LuisFerCruz12

Publicado: abril 3 de 2023