Stephanie Bates es una de las periodistas independientes de Colombia que con mayor ardentía defiende a las víctimas del terrorismo. Sin distinguir el origen o naturaleza de los victimarios, esa comunicadora, contra viento y marea, se ha encargado de hacer visibles a quienes sufren en carne propia el dolor de la violencia.
Hace pocas horas la periodista, que además se ha caracterizado por defender los derechos de los miembros de la Fuerza Pública, publicó un audio delicadísimo en la que se oye al coronel activo del Ejército Orlando Quiñones diciendo que ahora “lo que vende es la paz total”, razón por la que ella “debe decir las cosas de una manera diferente” y que si “quiere ser exitosa, debe adaptarse” a la agenda del gobierno de Petro.
Quiñones funge como director del GHAD -oficina de desmovilización-, dependencia adscrita al ministerio de Defensa de Colombia.
Lo más delicado del audio revelado por la periodista Bates es cuando el coronel Quiñones sentencia que si ella no ajusta su línea editorial, “se tiene que ir del país”.
Una fuente consultada por LOS IRREVERENTES confirmó que al interior de las Fuerzas Militares colombianas hay una corriente cada vez más poderosa que pretende establecer una línea ideológica en los oficiales y suboficiales.
Los soldados y policías son profesionales, alejados de las controversias partidistas. Su función constitucional consiste en defender la vida, honra y bienes de los ciudadanos, y garantizar la soberanía nacional de amenazas externas y desafíos terroristas internos.
El caso de Stephanie Bates, además de ser una gravísima violación a la libertad de expresión de esa periodista, es una prueba irrefutable de la delicada politización que se está enervando al interior de la Fuerza Pública. Imitando la mala experiencia venezolana, ¿el gobierno de Petro pretende crear un “ejército” bolivariano en Colombia?
En diálogo con LOS IRREVERENTES Stephanie Bates se refirió al asunto y reveló que desde noviembre del año pasado ella tiene en su poder el audio en cuestión. Así mismo, comentó que la ‘fundación para la libertad de prensa’, FLIP conoció el caso desde aquel momento, pero intempestivamente resolvió cerrarlo a finales del pasado mes de abril. Según Bates, la FLIP le manifestó que, dada la delicadeza del asunto, es procedente cerrar la indagación que adelantaba y que ella es la responsable de presentar las respectivas denuncias ante las autoridades correspondientes. Una vez más la organización que tiene como función la defensa de la libertad de prensa y los derechos de los periodistas procede con sesgo ideológico.
La politización de los ejércitos es perjudicial para la libertad democrática. Si los militares son vistos como una fuerza política en lugar de una fuerza de defensa neutral, se erosiona el respeto y la confianza que la sociedad observa hacia la institucionalidad militar.
Los grupos políticos extremistas, como el que lidera Gustavo Petro, son proclives a cooptar a las Fuerzas Armadas con el fin de utilizarlas, como ha sucedido en otros países, para reprimir a los opositores políticos.
Bajo el dictador Hugo Chávez el ejército venezolano fue sometido a una profunda reorganización, empezando por el nombre. Pasó a llamarse ‘Ejército Nacional Bolivariano’.
La doctrina militar fue reemplazada por la formación ideológica de los uniformados. Los bolsillos de los oficiales que se rindieron ante el gobierno -los llamados “enchufados”- fueron llenados y abundaron los ejemplos de militares que ocuparon altos cargos en el gobierno, empezando por la estatal petrolera PDVSA.
A través de la llamada ‘Misión Zamora’, una iniciativa chavista de redistribución de tierras, bautizada así con el fin de rendirle un “homenaje” póstumo al campesino y militar socialista venezolano del siglo XIX Ezequiel Zamora, los uniformados afectos al régimen fueron vinculados de manera directa en la política del “socialismo del siglo XXI”.
Desde 2013, con el ascenso de Maduro al poder, vino mayor un empoderamiento de los militares. Abundan los casos de los uniformados involucrados en actividades criminales, particularmente en el tráfico de estupefacientes. El general Vladimir Padrino, actual ministro de Defensa de Venezuela es buscado por la justicia de los Estados Unidos para que responda por cargos relacionados con el tráfico de estupefacientes.
La profesionalización de las Fuerzas Militares colombianas empezó a surtirse desde 1949 cuando el entonces presidente Mariano Ospina Pérez creó el ministerio de Defensa, en reemplazo del ministerio de Guerra y Marina que venía funcionando desde la independencia en 1810.
Desde su creación, el Ministerio de Defensa ha tenido la responsabilidad de formular y ejecutar las políticas de defensa y seguridad nacional, sin que los miembros del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía se involucren en controversias políticas.
Es delicado que los militares afectos al petrismo manipulen a quienes los asesoran en temas de comunicaciones, presionándolos para que se ciñan al discurso oficialista. Si no lo hacen, tendrán que irse del país, como se le oye decir al coronel Quiñones en el audio revelado por la comunicadora Stephanie Bates.
Publicado: abril 12 de 2023
Extraño que digan en el artículo el pasado mes de abril
Así mismo, comentó que la ‘fundación para la libertad de prensa’, FLIP conoció el caso desde aquel momento, pero intempestivamente resolvió cerrarlo a finales del pasado mes de abril.
Estos sujetos han sido infiltrados desde hace mucho tiempo y ahora están saliendo del closet como caballo de Troya para poner una bomba de alto poder en la base de la estructura para acabar con los principios fundamentales como lo dice la oración Patria.