Reflexiones cuaresmales

Reflexiones cuaresmales

Hoy, Miércoles de Ceniza, se da inicio al período cuaresmal, que nos invita a reflexionar sobre el sentido último de nuestras vidas.

¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? 

Lo que Heidegger llamaba «el tráfago de la vida cotidiana» suele distraernos de estas preguntas cruciales. Lo de que «cada día trae su afán» es una verdad de a puño que nos lleva a ocuparnos de las urgencias inmediatas, que son muchas y a menudo acuciantes. Pero hay cuestiones de fondo que no nos es dable eludir, así no tengamos respuestas plausibles a la mano.

Borges hablaba en alguna ocasión de la «triste mitología de nuestro tiempo», que en buena medida se nutre del materialismo. el agnosticismo y el relativismo moral.

Según el primero, venimos de la tierra y a ella retornaremos cuando nos llegue la muerte. En lo que toca con nuestra identidad, la nada nos precede y ella nos espera. Nuestra vida es como un fuego fatuo que hoy es y mañana no parece. Somos fruto del azar y bien podríamos adoptar como leitmotiv de nuestra existencia los versos de León de Greiff en los que exclama: «Juego mi vida, cambio mi vida./ De todos modos/ la llevo perdida…» (Vid. ¡Juego mi vida!… – León de Greiff – Ciudad Seva – Luis López Nieves). 

O, como dijo Sartre: «El hombre es una pasión inútil». Repitió ahí lo que ya había proclamado Shakespeare: “ La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido ” [Fuente: Macbeth, 5.º acto, escena V]

El agnosticismo del que no pocos se jactan pone un velo infranqueable a nuestra razón. No podemos saber qué hay más allá de lo que nos transmiten nuestros sentidos. El más acá, lo que los filósofos llaman la inmanencia, eso que puede nombrarse a partir de la percepción sensorial, traza los límites del mundo. Si hay algo que lo trascienda, no puedo saberlo y, en últimas, no me interesa, me es indiferente. Mi contingencia es insoluble. 

Si nada me trasciende, nada hay sobre mí. Por consiguiente, no hay regla moral que me ate. La utilidad es la que pauta mis acciones. Bueno es lo que me conviene; malo, lo que me perjudica. Identificar lo uno y lo otro es asunto de un cálculo de probabilidades; a la postre, un juego de suerte y azar, como lo había previsto Leo Le Gris.

Pero ¿qué tal si hay un más allá? ¿Qué tal si el modo como vivimos en este más acá condiciona nuestro estado en el más allá? ¿Si hay un Dios ante el que debamos rendir cuenta de lo que acá hicimos, de lo que construimos en nosotros mismos?

Viene a cuento la famosa apuesta pascaliana, que Wikipedia resume así:

  • Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.
  • Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
  • Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
  • Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo.

Vid. Apuesta de Pascal – Wikipedia, la enciclopedia libre

Pascal planteaba el asunto desde el punto de vista lógico. Su apuesta partía de cuatro alternativas existenciales. Hay quienes se han aplicado a demeritarla, pero a la luz de experiencias ya muy estudiadas la realidad del más allá cuenta, como ahora se dice, con el respaldo de evidencias empíricas abrumadoras según las cuales lo que nos espera tras la muerte biológica no es la nada, sino otra vida. Así lo ha visto Elizabeth Kübler-Ross en «La muerte: un amanecer» (vid. (99+) La muerte: un amanecer Elisabeth Kübler-Ross | Adrian Herrera Ramos – Academia.edu).

¿Es vida eterna? ¿Cuáles son las características de esa vida?

Las experiencias mediúnicas ilustran sobre el cielo, el purgatorio y el infierno. 

Algunas hablan de la luz; otras, de la oscuridad que a través de una evolución se puede superar; en fin, Sta. Faustina Kowalska relata en su Diario la visión que tuvo del Infierno. Vid. 7 datos sobre Santa Faustina y su visión del Infierno (aciprensa.com)

Es uno de los libros que más me han impactado en mi vida Vid. DIARIO COMPLETO SANTA FAUSTINA KOWALSKA (somoscatolicos.org). Esa horrible visión es tema de la tercera aparición de la Sma. Virgen en Fátima. Vid. Así es el infierno que la Virgen de Fátima mostró a los tres pastorcitos (aciprensa.com).

La realidad del más allá abre los caminos para explorar la existencia de Dios y la de Jesucristo. No me explayaré en estos tópicos. Me limitaré por lo pronto a recomendar un libro excelente de Lee Strobel en cuya lectura estoy ahora enfrascado. Lo descargué al Kindle a través de Amazon, pero es posible leerlo gratis pulsando el siguiente enlace: ElcasodelJesúsverdadero.pdf (uprrp.edu).

Como reza un himno litúrgico, somos peregrinos y nuestro rumbo apunta hacia el Cielo, sobre cuya evidencia versa otra excelente investigación de Strobel (vid. Amazon.com: En defensa del cielo: Un periodista examina la evidencia de la vida después de la muerte (Spanish Edition) eBook : Strobel, Lee: Tienda Kindle).

Cerca ya de cumplir ochenta años tengo clara conciencia de la cercanía de mi tránsito de esta vida mortal a la eterna. No creo merecer el Cielo, pero hago todo lo posible por evitar el Infierno. Reitero mi confianza en la misericordia y el amor infinitos de nuestro Padre Celestial.

Jesús Vallejo Mejía

Publicado: febrero 24 de 2023