Las positivas cifras de inversión extranjera directa que publicó el Banco de la República dejan más de una lección. 2022 cerró con números favorables que se mantuvieron en enero de 2023 y que se impulsan principalmente en el sector de los hidrocarburos. Sí, el mismo que el Gobierno pone en jaque con la decisión de no suscribir nuevos contratos de exploración.
A US$11.304 millones ascendió este indicador el año pasado, lo que representa un incremento del 57.7% frente a 2021. De esta cifra, el 72.11% se concentró en petróleo y minería para un total de US$8.164 millones.
Lógicamente, el precio del petróleo por encima de US$80 y una tasa de cambio que no ha disminuido de $4.500 desde junio de 2022 dispararon los ingresos que genera el sector extractivo y que benefician considerablemente las rentas de la Nación.
Ahora bien, cabe resaltar que estas cifras todavía no reflejan el impacto de la política tributaria del Gobierno, la cual entró a regir a partir de enero de 2023 y que muy seguramente pondrán contra las cuerdas a esta industria con una mayor carga impositiva que habrá que ver hasta qué punto desincentivan los flujos de IED.
De hecho, el crecimiento de la IED en 2022 continúa siendo la respuesta de los incentivos que se establecieron en la Ley de Financiamiento de 2018 y la Ley de Crecimiento Económico de 2019, los cuales permitieron romper con la tendencia de decrecimiento que vio el País de 2014 a 2017 en materia de PIB e IED.
Dicho esto, además de la incertidumbre mencionada, los números publicados por el Banco de la República reiteran la imperiosa necesidad de mantener un sector extractivo sólido a corto y mediano plazo. La transición energética hay que hacerla, pero de manera ordenada y responsable. Cortar de chorro con los billonarios recursos que generan los hidrocarburos generaría una verdadera crisis fiscal en el País, más aún cuando no hay una actividad económica que logre, hasta ahora, sustituir de manera integral estas rentas.
Y en este sentido, el nombramiento del Presidente de Ecopetrol jugará un rol vital para darle tranquilidad al mercado. La nueva junta directiva ha tenido buena acogida en el sector y en sus manos está la elección de una persona que entienda la responsabilidad histórica que tiene en sus manos. Colombia necesita de una industria extractiva robusta y, por encima de cualquier cosa, de unas reglas claras de gobierno corporativo que se respeten y le garanticen la independencia técnica a la empresa frente a potenciales injerencias del gabinete.
Hoy más que nunca, con las difíciles condiciones que se ven en materia de inflación, tasas de interés y desaceleración económica, requerimos de las rentas de los hidrocarburos, lo cual no significa que no se pueda avanzar paralelamente en el desarrollo de energías renovables.
Publicado: febrero 21 de 2023