100 mil jóvenes a la calle, y pagos

100 mil jóvenes a la calle, y pagos

La decisión del presidente Petro de convocar movilizaciones para presionar la aprobación de su agenda legislativa por parte del Congreso es un viaje peligroso que puede terminar sin boleto de regreso.  

El presidente esta gobernando para sus electores, no queda duda. Todas sus decisiones y mensajes, especialmente los que publica en Twitter van dirigidos a alentar a quienes lo eligieron, en especial a los jóvenes, quienes han construido una especie de idolatría por Petro que no les da espacio para razonar, menos para objetar, lo que los deja en estado de fanatismo absoluto dispuestos a todo, ya lo demostraron.

El Decreto 2422 que abre la puerta a la libertad de las personas detenidas como consecuencia de sus acciones delincuenciales, criminales y terroristas -ejecutadas durante el paro del 2021- más la promesa de girarle un millón de pesos mensuales a cien mil jóvenes, es claramente la conformación legal de un ejército de jóvenes al servicio del gobierno del presidente Petro así los disfracen de gestores de paz.  

Expedir un Decreto que claramente es una intromisión en el poder judicial y en la sagrada separación de poderes tiene un propósito especifico, enviarle un mensaje claro a los cien mil jóvenes que están reclutando de que tienen inmunidad e impunidad para operar en las calles si el Congreso niega la aprobación de proyectos de ley fundamentales para la agenda progresista.

El 14 de febrero es la primera convocatoria en plaza pública de Petro, un día antes de la movilización que promueve el representante Polo Polo, el pinscher de la oposición. Si estuviéramos en una sociedad reposada y sin heridas, sería algo normal, un pulso más en nuestro sistema democrático, sin embargo, no podemos olvidar que existen demasiadas heridas abiertas, victimas en la orilla del camino, odio y  polarización en su pico más alto, lanzar a las calles a seguidores del gobierno y a la oposición es una pésima idea, pero el mundo ideal para los que reinan en el caos y la desinformación.

La calle no es el escenario para la deliberación que necesita este país, reformas estructurales de temas fundamentales en la vida de la gente como la salud, pensión, servicios públicos… necesitan de escenarios democráticos donde el argumento silencie la arenga, donde la información técnica, académica y social pese más que la obsesión ideológica.

Desfinanciar programas sociales como Familias y Jóvenes en Acción o Ingreso Solidario para financiar a los cien mil jóvenes es un atentado contra la lucha contra la pobreza y la miseria, es quitarle un motor poderos a las economías de los barrios, a los más necesitados, a los que dicen representar y defender.

Todo indica que están aplicando la tesis de que entre más pobreza exista, más posibilidades tendrán de seguir gobernando.   

@LaureanoTirado

Publicado: febrero 8 de 2023