Dos mil asistentes, tres reuniones académicas, espacio para dialogar y tiempo para intercambiar vivencias. Oír los planteamientos de FEDEGAN y escuchar atentamente las posiciones de su vocero y del presidente de Colombia. Construir un dialogo participativo y exponerlo frontal fue una de las características del XXXIX Congreso Nacional de la Ganadería que se llevo a cabo hace un par de semanas en Barranquilla.
Debo mencionar las palabras de José Félix Lafaurie llenas de pasión y de verdad. La novia esquiva, es la interpretación de la búsqueda de la paz. La miopía de la dirigencia al no ver un campo digno para consolidar un tiempo duradero de armonía y aprovechar las posibilidades crecientes de exportación. Se insistió en la necesidad de la recuperación del campo y desde hace décadas esta petición ha caído en las lagunas del olvido de gobiernos sucesivos. Es una casualidad afortunada que el Congreso de FEDEGAN coincida con el arranque de un nuevo gobierno. A este se le pide y se le cuenta las posibilidades de desarrollo y en un tiempo en el mismo escenario, se dirá si se aprovechó esta nueva oportunidad o es otra frustración vivida similar en gobiernos anteriores.
Hoy tenemos “país de cuidades” rodeado de “cinturones de miseria” habitada por campesinos obreros quien no encuentran en el cemento la fertilidad de la tierra prometida del campo como factor de cambio. Se han hecho algunas cosas, pero se ha quedado lejos, muy lejos, de la estrategia de recuperación del campo como factor de cambio clave en la implementación de la equidad y de la justicia.
Acá el factor tiempo no puede enfriar esta convicción ganadera: llevar al campo la política pública con la adecuada asignación de los recursos. Entra en juego la integralidad como propósito de superar la pobreza monetaria y en donde realidades sociales como la salud, educación, vías terciaras y asociatividad le dan vida a la ganadería sostenible, foco del desarrollo.
Tiene razón Lafaurie cuando menciona cerca a los préstamos y créditos el oficio que desempeña la ciencia y la tecnología. Esta por circunstancias múltiples han estado cerca de los grandes productores y esta utilización por años se debe erradicar. Un campo centro del cambio debe ser generoso y esta generosidad empieza cuando los centros de investigación difunden los avances en forma no discriminada.
Se mencionan los mitos y se insiste en que la ganadería es la primera interesada en la recuperación del campo y no hay duda de que, si los resultados son satisfactorios al país por esta gestión agraria, le ira mejor. La violencia, por la no presencia del estado que aumenta las difíciles condiciones de producción, se debe superar para alcanzar lo que consideramos un cambio posible.
El presidente Petro, con agenda atrasada, se refirió al tema de la ganadería y esbozo algunas consideraciones. El cambio climático y el ganado enumerando razones por las cuales se deben tomar medidas para reducirla. El invierno y la ganadería y como esta cambia la escala planetaria las lluvias y ciclos del agua. Recordó la necesidad de utilizar una parte de los 15 millones de ganadería extensiva dedicada a la producción de alimentos y con esto “la región caribe” dejar de ser pobre. Mencionó la función social y ambiental de la tierra e insistió en “la ganadería entre los árboles”. Y de la violencia: “los ciclos de violencia ampliada no son ciclos de venganza y reacción” y no se puede caer a un estado que no cumpla.
Remato con la designación de José Félix Lafourie en la mesa de negociación con el ELN.Me sorprendió el ofrecimiento y vi claro la aceptación de un ganadero en esa mesa de conversación. Pepe es un demócrata y lo conozco hace muchas décadas. Tiene claro afirmar y apoyar cuando las propuestas son constructivas y negara cuando no sean viables y con propósitos caóticas. Fue una hábil maniobra política de Petro y confiamos que la presencia de José Félix, hombre de dialogo y de firmes convicciones, remaran hacia feliz término.
Al recibir la Gran Cruz al Mérito Ganadero, Hernán Vallejo Mejía, pedí a la presidencia del certamen un par de minutos para saludar a mis pares ganaderos. Les conte que en la finca de mi abuelo existía un motor Lister que alumbraba con tenue luz de 6:30 hasta 8:30 p.m. Se encendía y se apagaba en forma estricta. Hay luces que mantienen encendida el recorrido en la vida y son quizás, de alta luminosidad. La mía, por ejemplo, la de la neurocirugía. Pero esta se está apagando y cuando ocurra quiero que la luz del Lister de la ganadería alumbre con mayor potencia para que, al igual de los ganaderos colombianos, contribuyamos a encender esta patria con el desarrollo y empuje luminoso desde el campo.
Publicado: diciembre 9 de 2022