Petrodolar

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Gracias a las políticas tributarias y económicas del Gobierno Petro el dólar no tiene cómo dejar de subir. A pesar que el barril de petróleo supera los US$90 y Colombia culminará el 2022 como una de las economías más sólidas de la región, la incertidumbre que genera este Gobierno tiene a más de un inversionista haciendo las maletas para llevarse su dinero a otra Nación.

Y sí, aunque algunos quieran negarlo, existe una corelación directa entre Petro y la disparada del dólar. Hace un año, en octubre de 2021, la divisa se negociaba en un valor promedio de $3.750, precio que posteriormente subiría a los $4.000 a medida que avanzaba la contienda electoral, pero que volvería a caer a los $3.780 tras la primera vuelta.

En ese momento, la victoria de Rodolfo Hernández sobre Fico le permitía prever al mercado que era factible derrotar a Petro y que los temores de sus propuestas tributarias y económicas se evaporarían.

Sin embargo, eso no sucedió. Petro ganó y desde entonces el dólar inició un proceso de no retorno. El 21 de junio, después de la segunda vuelta, la divisa se ubicó en $4.022 y cuatro meses después ya ronda los $4.700. La moneda americana está ad portas de llegar a los $5.000 y, si el panorama no cambia, se cumplirán las predicciones de aquellos que vaticinaban un dólar a $6.000 o $7.000 si la izquierda ganaba.

Una dificil realidad que afecta a todos por igual. De hecho, aunque en principio se pudiera pensar que el alza del dólar solo impacta el valor de artículos de lujo o encarece los viajes al exterior, la realidad es otra. Por ejemplo, el grueso de los insumos agropecuarios son importados y cerca del 20% de la canasta familiar está ligada a la divisa del Tio Sam.

Además, una devaluación tan marcada incrementa el riesgo de inversión a mediano plazo para capitales extranjeros que deben realizar la conversión a la moneda local y, en dólares, el salario mínimo en Colombia no ha incrementado en una década.

Tan es así, que en octubre de 2012, cuando el dólar estaba a $1.798, el salario mínimo de $566.700 equivalía a US$315, mientras que hoy, gracias a la devaluación, apenas llega a los US$212. En otras palabras, la devaluación nos está empobreciendo y poco o nada ayuda el Gobierno a combatir el fenómeno.

Por el contrario, la propuesta del Presidente de imponer un control a los capitales golondrina y la desatinada reforma tributaria que elimina todos los incentivos a la inversión que se establecieron en 2019 han incrementado la preocupación de los inversionsitas, a lo cual hay que sumar las constantes contradicciones entre el Ministro de Hacienda, quien últimamente funge como bombero de la administración, y los demás miembros del gabinete.

Dinámicas que no ayudan a contrarrestar el alza en las tasas de interés en Estados Unidos y que están haciendo todo lo posible para materializar una fuga de capitales que dejará sin recursos al País. 

@LuisFerCruz12

Publicado: octubre 19 de 2022

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