La traficante de secuestros y tramitadora de comisiones fruto de la corrupción del régimen venezolano Piedad Córdoba alias ‘Teodora Bolívar’ está contra las cuerdas. Aparentemente no tiene escapatoria. Las pruebas que han surgido en su contra y en contra de sus hijos, son demoledoras.
Como cualquier procesado, o delincuente, ‘Teodora Bolívar’ tiene derecho a defenderse, a dar su versión de los hechos, a contradecir las pruebas que pesan en su contra. El problema radica en que sus intervenciones, en vez de aclarar, oscurecen aún más el panorama.
Ante las aplastantes evidencias publicadas recientemente por la revista Semana que ratifican que ella sí cobraba multimillonarias comisiones a cambio de lograr que la dictadura venezolana autorizara los desembolsos para cubrir cuentas pendientes con distintos empresarios, la Córdoba ha planteado un reto a todas luces imposible.
Ha invitado que los empresarios que le pagaron sobornos lo digan públicamente. Ahí aplicaría la máxima de sor Juana Inés de la Cruz: ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar?”.
Difícilmente alguien que le haya desembolsado recursos a Córdoba o a alguno de sus hijos va a alzar la voz para delatarla, porque automáticamente estaría autoincriminándose. Así que esa convocatoria no sacará a ‘Teodora’ del aprieto en el que se encuentra.
Sus días de libertad están evidentemente contados. Contra ella no solo pesan los testimonios de sus exasesores -además de Andrés Vásquez, también la ha delatado Ricardo Montenegro- sino las evidencias de las transferencias de dinero que fue girado a la empresa que ella y sus hijos abrieron en Panamá. Están, así mismo, las facturas de viajes pagados por empresas de papel pertenecientes a Alex Saab y otros emolumentos cuya destinataria final fueron ella y sus vástagos.
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En Piedad Córdoba el riesgo de fuga ha estado latente. No hace mucho estuvo en el ojo del huracán por haber cruzado clandestinamente la frontera entre Venezuela y Colombia. Nunca aclaró la razón por la que había pasado desde el lado venezolano por una trocha, en vez de hacerlo por uno de los puntos autorizados para tal fin.
Agentes de la narcodictadura del vecino país son socios de fechorías de Córdoba. Ella es una más de esa estructura criminal que está en la mira de la justicia norteamericana. Así que no sería motivo de extrañeza si en cualquier momento la acorralada ‘Teodora’ aparece en Venezuela mostrándose como una “perseguida política” u ostentando la calidad de diplomática, figura con la que la camarilla de Maduro ha tratado de salvarle el pellejo al corrupto Alex Saab.
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Petro y el socialcomunismo se ha dado la ‘pela’ de continuar respaldando públicamente a Córdoba a pesar de la claridad de las pruebas en su contra. El desgaste es mayúsculo para Petro quien tarde o temprano tendrá que aclararle al país porqué lo hace. ¿Acaso es ella el puente entre su candidatura y la dictadura venezolana? ¿Córdoba es la encargada de mover dineros de oscura procedencia hacia la tesorería de la campaña petrista? Son preguntas cuyas respuestas, tarde o temprano, saldrán a la luz pública.
Publicado: marzo 8 de 2022
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