Eduardo Zambrano Caicedo, colaborador del comité financiero de la campaña de Santos, protagonizó un desfalco bancario en los años 80.
Los grandes medios de comunicación han intentado que la captura de Eduardo Zambrano, en el marco del escándalo de Odebrecht, pase desapercibida.
Zambrano quien para los investigadores de la fiscalía sería la persona encargada de ejecutar una gigantesca operación de sobornos para lograr que distintos funcionarios apoyaran la adición a dedo y sin licitación de la carretera Ocaña-Gamarra a favor de la empresa Odebrecht, es ficha clave en la investigación que busca determinar el nivel de corrupción desatado por la constructora brasilera.
El nombre de Zambrano resulta de singular relevancia en el caso de la financiación de las campaña de Juan Manuel Santos, hecho que se ha pretendido soslayar.
En efecto, fue él la persona que acercó a Odebrecht a la campaña de Juan Manuel Santos en 2010. En dicha campaña, Eduardo Zambrano tenía cercanía permanente con el comité financiero integrado por Consuelo Caldas, Juan Claudio Morales y Orlando Sardi, entre otros. (Al respecto, lo invitamos a leer “La confesión de Juan Claudio Morales”).
LOS IRREVERENTES pudieron establecer que Zambrano fue la persona que coordinó directamente con los directivos de Odebrecht el pago de $400 mil dólares para cubrir la elaboración de 2 millones de afiches, operación ilícita que fue confesada por el cuestionado Roberto Prieto y que en su momento fue revelada en exclusiva por este portal (Lo invitamos a que lea “Odebrecht aportó dinero a la primera campaña de Santos”).
Lo que Zambrano pueda decirle a la justicia sobre la alianza de las campañas de Santos con Odebrecht resultará de singular relevancia.
Él, por ejemplo, jugó un papel clave para convencer -¿sobornar?- a distintos senadores de las comisiones económicas para que aprobaran las vigencias futuras con las que se financiaría la obra de la carretera entre Ocaña y Gamarra, adjudicada en plena campaña electoral de 2014.
Lo que resulta escandaloso es que la campaña de Santos hubiera permitido que su comité financiero utilizara los servicios de Eduardo Zambrano para acercar donantes, dados los antecedentes criminales de ese cuestionado empresario y exbanquero.
En 1996, 12 años después de que se produjera el desfalco al desparecido Banco Nacional, la justicia condenó a Zambrano y a 16 personas más por los delitos de estafa agravada y fraude procesal.
Zambrano, para evitar la acción de la justicia, huyó hacia el Brasil, país en el que empezó a lavar dólares de la mafia, razón por la que las autoridades le iniciaron una investigación. Previendo las consecuencias de las mismas, resolvió cambiar de escondite y se movió hacia el Ecuador, donde estuvo oculto hasta que superó todos sus líos judiciales y pudo regresar a Colombia.
Su nombre no volvió a sonar en el escenario público, hasta que empezó a trabajar de la mano con los miembros del comité financiero de la campaña de Juan Manuel Santos, acercando donantes, como en efecto hizo con Odebrecht.
Santos no podrá alegar que se “acaba de enterar” de la presencia activa, decidida y protagónica de Eduardo Zambrano Caicedo en su campaña y menos de los antecedentes criminales de quien hace pocas horas fue capturado en medio del escándalo de Odebrecht y quien ante un juez ya aceptó haber cometido el delito de enriquecimiento ilícito.
Publicado: julio 20 de 2017