Arranca el nuevo año lleno de expectativas, marchas de protesta, cacerolazos, paros y posibles boicots. ¡Nuestros mejores deseos para los colombianos que tomen parte de estos eventos, toda vez que son justos y responden a la manera criminal como nos han impuesto, previa mermelada abonada en cuentas de nuestros “honorables” congresistas, todo lo que al Nobel le da la pacífica gana…
Saldremos a la calle quienes no estamos de acuerdo con la forma como se están llevando las cosas en Colombia: padres de familia, microempresarios, educadores, pensionados, amas de casa, estudiantes, campesinos, indígenas, sindicalistas, independientes, deportistas, intelectuales, ciudadanos todos, que nos cansamos de ver cómo nuestros impuestos son burdamente robados por quienes aprueban las reformas tributarias que asesinan el bolsillo de los hogares y emprendedores que quieren construir un futuro, pero no pueden hacerlo, a pesar de sus esfuerzos. La corrupción revienta todo.
Seamos honestos: será un año de mucha prosperidad para quienes, a través de sus obscuras redes de siniestros negocios e intermediarios, logren hacerse al dinero, extraído de nuestros tributos, que hábilmente desvíen del erario público; entre tanto, miles de jóvenes no podrán ir a la universidad, porque en sus casas se debe tomar la decisión de comer o pagar la matricula del semestre…
Será un año inolvidable para quienes imponen los precios de los alimentos, que seguro subirán abusivamente sin que haya medidas de control por parte de este Gobierno de bandidos, pantallero y mentiroso; obviamente, los miles de hogares que tendrán que cambiar su dieta no tienen ninguna importancia para quienes hoy disfrutan de sus “merecidas” vacaciones en el costosísimo caribe colombiano o en el exterior, con lujo de detalles, es decir, descarado despilfarro y cinismo sin iguales.
365 días de ensueño para quienes impulsan la guerra de clases desde todos los frentes, especialmente el ideológico, porque terminarán aprobando “la paz de las Farc”, por encima de cualquier incauto que ose oponerse al comunismo castro-chavista, ¡ese que dizque no existe!
En fin, para el ciego sector financiero, será un año de seguir trabajando con usura, devorando el sueldo y los sueños de millones, a través de tasas financieras estúpidas, que atentan contra el capitalismo de manera rampante. Ahí sí que podríamos hacer un acuerdo sobre lo fundamental: con tasas menores, digamos a un 18%, podríamos, de una vez por todas y para siempre, bancarizar a toda la nación. Eso sí es capitalismo, lo que aquí tenemos es egoísmo salvaje.
Con todo respeto: Un abrazo para todos. Porque el año se anuncia como una batalla que necesita de grandes, tenaces y decididos guerreros. Dios nos bendiga y nos acompañe. Miremos a ese medio país que no existe para tantos poderosos de nuestra Colombia, quienes en realidad, son muy pocos.
“Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.” Nuestra Señora de Fátima, danos la paz.”
@tamayocollins
Publicado el 04 de enero de 2017