El exprocurador Alejandro Ordóñez, claro exponente de las ideas uribistas, debería tramitar su precandidatura presidencial al interior del Centro Democrático.
La campaña al interior del Centro Democrático parece estar sufriendo un clima de polarización similar al que se vivió con ocasión de las elecciones de 2014, en las que los militantes uribistas se dividieron entre Zuluaga y el exvicepresidente Francisco Santos. El epílogo de aquel pulso fue una convención amañada y muy poco transparente que agudizó la pugna en el seno de la colectividad.
Falta un año y medio para la primera vuelta presidencial y el ambiente caldeado en el Centro Democrático es manifiesto por cuenta de la guerra sucia y las zancadillas que le están poniendo unos a otros. (Sobre este asunto, puede leer «Pónganse Serios«).
La campaña uribista debe dinamizarse y ubicarse por encima de la polarización que mucho daño le hace tanto al partido como a los aspirantes. Los electores del Centro Democrático que disciplinadamente han acompañado al expresidente Uribe anhelan que Colombia retome el rumbo que se ha perdido durante el gobierno de Juan Manuel Santos y poco interés le asignan a rumores e invenciones que convenientemente se ponen a circular en contra de uno de los actuales precandidatos.
Con ocasión de la campaña plebiscitaria, el exprocurador Alejandro Ordóñez tuvo oportunidad de presentar ante el país una serie de argumentos políticos que en muy buena medida fueron definitivos para la victoria del NO en las votaciones del 2 de octubre del año pasado.
Ordóñez es un dirigente que ideológicamente está perfectamente sintonizado con un amplio sector de las bases uribistas. Su discurso refleja el sentir de muchos militantes de la colectividad regentada por el expresidente Uribe que son de origen conservador.
Para muchos, el escenario político natural de Alejandro Ordóñez es el Centro Democrático y no el partido Conservador que está totalmente entregado por unas migajas de burocracia oficial al santismo.
Los 6.5 millones de votos que obtuvo el NO fueron el resultado de una sumatoria en la que los uribistas aportaron un importante porcentaje. Las iglesias también le sumaron y hubo un tercer aportante que resultó clave: la base conservadora que hace mucho tiempo se apartó de las directivas de ese partido que se han convertido en un apéndice del liberalismo radical, contradiciendo los postulados filosóficos elementales trazados por los fundadores José Eusebio Caro y Mariano Ospina Rodríguez.
Para nadie es un secreto que Alejandro Ordóñez será precandidato presidencial. Es un aspirante que cuenta con seguidores y discurso. Su sintonía con el Centro Democrático es ostensible, razón por la que él no puede descartar de plano la opción de ingresar al CD y tramitar su precandidatura a través de esa colectividad.
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Muchos uribistas han expresado en público que su candidato de preferencia es Alejandro Ordóñez. Más de un congresista quisiera respaldarlo, pero no puede hacerlo por estar al margen del partido. Adicionalmente, la llegada del exprocurador puede ser la fórmula para superar de una vez por todas la polarización que está asfixiando al Centro Democrático y que ha sido motivo de profunda preocupación del presidente Uribe quien en los últimos días no ha ocultado su malestar por la pugna interna que desvía al partido de los asuntos fundamentales del país.
En una entrevista radial concedida en diciembre del año pasado, Uribe aseguró que por ahora había 3 precandidatos, pero no descartó que la lista aumentara. Aquello significa que la puerta no está cerrada para que se sumen nuevos nombres a los que actualmente hay.
Se da por descontado que el candidato uribista deberá ser elegido a través de un mecanismo democrático. Ordóñez su sumaría a quienes plantean que aquel proceso se haga con votación popular y no a través de una convención amañada y politiquera. Quien asuma la responsabilidad de representar en condición de candidato presidencial al Centro Democrático debe ser una persona que goce de legitimidad y su designación tiene que haber sido democrática y transparente.
No se puede continuar transitando por el camino de la polarización interna. El debate debe girar entorno a los graves problemas que asfixian a Colombia y no a las increpaciones y mentiras que empiezan a difundirse. Los militantes CD demandan un debate con candidatos que interpreten el cuerpo doctrinario del Centro Democrático y el doctor Ordóñez ha dado sobradas muestras de ser uno de los más significativos exponentes de las ideas urbistas.
@IrreverentesCol
Publicado: enero 11 de 2017