Santos le entregó a la corporación de Antanas Mockus casi 1500 millones para hacer encuestas y unos “experimentos sociales”.
El pilar sobre el que Antanas Mockus erigió su campaña presidencial de 2010 y que en buena medida le permitió liderar durante bastantes meses la intención de voto fue la defensa del patrimonio público.
En uno de los comerciales de televisión de su campaña, Mockus apareció vestido de verde diciendo que “los recursos públicos son recursos sagrados. Provienen de todos nosotros. Sirven para lograr el bien común. Ayudan a corregir desigualdades. Cuidemos casa peso público como si fuera sagrado”.
En otra de sus intervenciones demagógicas, el profesor Mockus prometió que de resultar elegido se desplazaría al Banco de la República para echarle agua bendita a su bóveda.
Pero una es la imagen del Mockus que pretendía mostrarse intransigente con la corrupción y como el verdadero salvador de la moralidad pública y otra cuando se trata de conseguir contratos a nombre de la denominada Corporación Visionarios, una entidad cuyo presidente, de acuerdo con el certificado de Cámara de Comercio, es el doctor Antanas Mockus y su representante legal es el señor Henry Samuel Murrain Knudson.
A lo largo de la administración de Santos, Muckus ha recibido multimillonarios recursos por cuenta de un número considerable de contratos que le ha asignado a dedo el gobierno nacional.
LOS IRREVERENTES tuvieron acceso al último contrato que desde la presidencia de la República se le entregó a finales del año pasado al doctor Mockus por más de 2 mil millones de pesos.
Uno de los elementos que más llama la atención del convenio celebrado entre Corpovisionarios y la presidencia de la República es la fecha de suscripción, dado el objeto del mismo.
En efecto, a Mockus se le contrató para “aunar esfuerzos entre el departamento para la prosperidad social y la Corporación Visionarios, encaminados a medir, producir, sistematizar y analizar información empírica que posibilite la identificación de los avances del programa Nuevos Territorios de Paz, y los retos para la integración local y comunitaria…”.
El contrato fue firmado el 26 de octubre de 2016, 24 días después de que los colombianos votaran por el NO en el plebiscito. Para el día en que la corporación que preside Antanas Mockus suscribió el convenio, el acuerdo de paz estaba hundido, pues Santos aún no había desconocido el resultado de las urnas.
La treta del convenio
Pensando en evitar un nuevo escándalo, esta vez Mockus y la presidencia decidieron hacer este contrato bajo la modalidad de “convenio” en el que ambas partes tienen que hacer aportes económicos con el fin de llevar a cabo el programa acordado.
El proyecto fue tazado en $2.054.600.000 de pesos, de los cuales la presidencia aportó $1.447.600.000 de pesos en tres giros: dos por 434 millones de pesos y uno por 579 millones. Por su parte, de forma bastante curiosa, la corporación de Mockus se comprometió a aportar 607 millones de pesos, pero no en dinero sino en bienes y servicios.
En otras palabras, Mockus y su gente calcularon que la utilización por 2 meses y 5 días, que fue el plazo de ejecución del contrato, sus oficinas, computadores y asientos costó más de 600 millones de pesos.
En dinero contante y sonante, el gobierno le desembolsó al profesor Mockus cerca de 1500 millones de pesos para hacer, entre el 26 de octubre y el 31 de diciembre de 2016, unas encuestas y unas actividades a las que les pusieron el estrambótico título de “experimentos sociales”.
Así, con total desvergüenza, Santos y sus aliados, en nombre de la supuesta paz alcanzada con los terroristas de las Farc, han drenado los recursos públicos, esos mismos que Mockus consideraba sagrados. Y en efecto él debe creer que así son, siempre y cuando estén debidamente depositados en sus cuentas bancarias.
@IrreverentesCol
Publicado: enero 23 de 2017