La nueva forma de lucha

La nueva forma de lucha

Los supuestos 5 disidentes de las Farc son, en realidad, los financiadores de una guerrilla en tránsito a la política.

Con toda la pompa, Santos anunció en Oslo mientras recibía su premio Nobel que “la guerra que causó tanto sufrimiento y angustia en nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado”.

Las Farc se han encargado de desmentir al presidente de Colombia. A través de un comunicado, la banda terrorista anunció que 5 miembros de esa estructura criminal, todos ellos involucrados en el tráfico de estupefacientes, no se desmovilizarán, razón por la que supuestamente han sido expulsados de las Farc.

Un hecho que llama la atención es que la supuesta purga que ha hecho la guerrilla terrorista está enfocada en miembros de esa estructura delincuencial con vínculos irredimibles con importantes cabecillas que están haciendo tránsito hacia la política y con quienes han mantenido vínculos criminales a lo largo del proceso de paz

Se trata de Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, jefe terrorista que delinque en el departamento del Guaviare. Sobre ese criminal pesa una solicitud de extradición por parte de una corte federal de los Estados Unidos que lo espera para juzgarlo y condenarlo por los delitos de conspiración para secuestrar ciudadanos americanos, 3 cargos por secuestro de ciudadanos americanos y conspiración para proveer apoyo material a grupos terroristas.

Si es capturado y extraditado, se enfrentará a una sentencia de 60 años de prisión. Por su cabeza se ofrece una recompensa de 2.5 millones de dólares y desde 2009 Interpol ha librado en su contra una Circular Roja. 

Circular Roja de Interpol contra alias Gentil Duarte.

Alias Gentil Duarte es uno de los grandes capos del narcotráfico en las Farc. Desde mediados de este año asumió la jefatura del denominado frente primero de la guerrilla, estructura que anunció que no entregaría ni las armas, ni los cultivos ilícitos ni las rutas para el tráfico de estupefacientes. Duarte es el hombre de confianza y socio en el tráfico de drogas de Milton de Jesús Toncel, alias Joaquín Gómez, también pedido en extradición por los Estados Unidos. (Sobre este asunto, puede leer más en “Los extraditables de las Farc”)

El segundo supuesto disidente de la guerrilla es Gener García Molina, alias John 40. Solicitado en extradición desde marzo de 2006 por una corte del distrito de Columbia que lo reclama por tráfico de estupefacientes.

Para las autoridades antinarcóticos de los Estados Unidos, John 40 es uno de los narcotraficantes más poderosos de las Farc junto a alias Pastor Alape, alias Felipe Rincón y alias Chigüiro, este último extraditado en abril de 2008 y sentenciado a 27 años y medio de cárcel por un juez del distrito sur de Nueva York.

Sobre alias John 40, oriundo del municipio de San Martín, Meta, hay una recompensa de 2.5 millones de dólares y su nombre figura entre los más buscados por la DEA.

Un dato que llama la atención de las autoridades antinarcóticos de los Estados Unidos es que alias John 40 desde hace 4 años se convirtió en el jefe de finanzas y mano derecha de alias Mauricio Jaramillo o El médico, miembro del secretariado y quien es protagonista de primera línea en el proceso de paz. Entonces, ¿Jaramillo se desmovilizará y su mano derecha se quedará en el monte traficando con estupefacientes?

En septiembre de 2006, el Departamento del Tesoro  de los Estados Unidos hizo público el organigrama de la estructura criminal dedicada al tráfico de drogas ilícitas a la que pertenece John 40. En la cúpula de ese cartel al interior de las Farc se encuentran los nombres de dos cabecillas terroristas que hoy posan de dirigentes políticos: Jesús Emilio Carvajalino, alias Andrés Paris y José Lisandro Lascarro, alias Pastor Alape 

Organigrama de la estructura dedicada al tráfico de drogas a la que pertenece alias John 40.

Otro de los “disidentes” es alias Giovanny Chuspas, jefe del denominado frente 16 que delinque en el departamento del Vichada. Chuspas es señalado de cuidar miles de de hectáreas de cultivos ilícitos y de facilitar el tráfico de insumos químicos para el procesamiento de clorhidrato de cocaína.

El panorama no puede resultar más claro: unos envejecidos y cansados cabecillas de las Farc se acogerán al generoso acuerdo que les brindó Santos, mientras que sus compañeros de fechorías, sobre todo en el tráfico de drogas seguirán en la clandestinidad haciendo de las suyas.

En Oslo, al recibir el Nobel, Santos pronunció un discurso cargado de mentiras (Sobre este asunto, puede leer “Las 8 mentiras en el discurso de Santos”). Una de ellas, tal vez la más protuberante, se recogió en uno de los apartes de su intervención: “El acuerdo con las Farc incluye el compromiso de este grupo de romper cualquier vínculo con el negocio de las drogas y de contribuir a combatirlo”.

Durante el proceso de paz, las Farc ordenaron suspender la fumigación aérea y aquello les permitió llenar de coca los campos colombianos.

En su nueva faceta, los jefes terroristas implementarán una nueva modalidad de “todas las formas de lucha”. En las ciudades harán proselitismo y en el campo seguirán procesando cocaína.

@IrreverentesCol