¿Unificación de periodos?

¿Unificación de periodos?

La semana pasada la Cámara de Representantes aprobó en primer debate, de un total de ocho, la iniciativa que pretende modificar la Constitución y unificar los periodos de gobernadores y alcaldes con el periodo presidencial. Iniciativa a la cual nos opusimos públicamente. Realmente nos parece un engendro y un retroceso en materia democrática. A continuación expongo mis razones:

1. Es inconstitucional, porque el constituyente primario, (el pueblo), ya eligió a los mandatarios actuales por un periodo de tiempo previamente establecido, que está en curso y finalizando. Los ciudadanos ya se pronunciaron y no le corresponde al constituyente derivado, (el Congreso) la facultad de modificar lo que democráticamente ya fue establecido. No se puede a última hora cambiar las reglas de juego. Es como si en una carrera atlética de diez kilometros, faltando dos para llegar a la meta, le dijeran a uno que son quince kilómetros.

2. En muchos, para no decir muchísimos municipios y departamentos del país, sus habitantes están mamados de los alcaldes y gobernadores de turno. Ellos lo único que esperan es que el 27 de octubre del 2019 se elijan nuevos mandatarios y que rápidamente llegue el 31 de diciembre para que se posesionen. Aunque éste no es un argumento jurídico, sino político, prorrogar, para unificar los periodos, para estos ciudadanos inconformes es como perpetuar una agonía.

3. Colombia es un país históricamente presidencialista, con una concentración histórica en esta rama del poder público. La idea de la Carta Política del 91 fue la de limitar un poco al ejecutivo, fortaleciendo a las otras dos ramas del poder público. Su intención fue más allá y no quiso unificar los periodos presidenciales con los regionales, buscando que estas elecciones al realizarse en momentos diferentes sirvieran de frenos, pesos y contrapesos. Al unificar los periodos se incrementa el riesgo de que un solo partido monopolice el poder y se quede con todo. Esto en detrimento de los partidos pequeños, e incluso disminuyendo, para no decir acabando, con las opciones de los partidos que no pertenecen a la coalición de Gobierno. Vale la pena recordar que hasta antes de 1988 la elección de Gobernadores era a cargo del Presidente, y la de Alcaldes a cargo del Gobernador, acumulando todo el poder ejecutivo en cabeza del Presidente. Francamente, la unificación de periodos sería un gran retroceso en materia democrática y de descentralización.

4. Juntar las elecciones podría abrir una ventana para la corrupción y las presiones políticas indebidas. No me quiero ni imaginar las pretensiones y peticiones por parte de algunos candidatos politiqueros regionales, así como de las maquinarias existentes a los diferentes aspirantes a la Casa de Nariño. Pero si por acá llueve por allá no escampa, se abre un boquete gigante para el regreso de la mermelada y el clientelismo. No se tiene que ser muy creativo para adivinar qué podría ofrecer y empeñar a esta jauría, un prospecto de presidente que quiere ganar a toda costa.

5. Finalmente, periodos iguales conllevaría a que la discusión regional quedaría invisibilizada y relegada a un segundo plano. La campaña nacional concentraría toda la atención y la discusión pública, la de los planes de gobierno y proyectos de nuestras regiones serían opacados por la discusión nacional. Colombia es muy centralizado y con esto, apague y vámonos. A las regiones que se las coma el tigre…

Hay que Pararle-Bolas a esto, yo honestamente prefiero el modelo como está. Que es costoso, seguro. ¿Pero quien nos dijo que la democracia era barata? Aún recuerdo lo que me dijo en segundo semestre el entonces Magistrado de la Corte Constitucional Vladimiro Naranjo, “la democracia cuesta y cuesta caro.” Pero el fin de la democracia cuesta más.

Mejor dejemos los santos quietos.

Prórroga:

Tenía toda la intención de dar continuidad al Blog de la semana pasada “El Caballo que Tira del Carro”, como lo había anunciado, pero cómo no hablar de la unificación de los periodos. La idea es continuar con la discusión sobre si los empresarios han o no construido una narrativa, o la que existe está agotada. Mientras tanto, la izquierda populista si tiene una muy clara y cada vez enfila sus baterías en mostrar a los empresarios como los desalmados y malos del paseo. La semana siguiente sin falta la retomamos.

@gabrieljvelasco

Publicado: octubre 22 de 2018

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