Tatiana Cabello: Las 12 uvas

Desde muy niña he celebrado junto a mi familia la tradición de las 12 uvas. Y es que estas simbolizan lo deseado, los propósitos, nuestros objetivos y el comienzo de lo nuevo. Cada una es un compromiso conmigo, que deberé perseguir durante el próximo año, y es también una plegaría a Dios para que Él lo haga posible. Pero, además, las uvas son una forma de hacer el balance de  lo ocurrido en el año que dejamos atrás. Es por eso que quiero compartir con ustedes, a manera de compromiso y de plegaria, mis deseos para el 2017:

  1. Espero que la situación en Venezuela se normalice. Si bien estas doce uvas están dedicadas exclusivamente a nuestra patria, no se puede negar que la situación del país vecino nos afecta de manera dramática como colombianos. Nuestros compatriotas sufren a ambos lados de la frontera la ineptitud del gobierno del país vecino y la complacencia del gobierno de Santos. Es por eso que debemos esforzarnos más y levantar nuestra voz de protesta más alto. Creo que tenemos ayudar, de maneras más efectivas, a solucionar la situación de estas personas. En efecto, estoy trabajando con otros Representantes, hace medio año, en  el desarrollo de una Ley de Fronteras. La idea es que esta ayude a aliviar algunos de los males de nuestros compatriotas.
  2. Espero que la reforma tributaria que se acaba de aprobar en el Congreso no sea nefasta para el bolsillo de los Colombianos. Si bien es cierto que la desaceleración de nuestra economía no es del todo culpa de la mediocridad del actual gobierno, sí es claro que le caben responsabilidades. A mí, personalmente, me preocupa que esta reforma golpeará a los que menos tienen. Además, los 3 puntos que aumentaron el  IVA al 19%, nos harán, indiscutiblemente, más pobres.
  3. Deseo que este año no se muera un solo niño de hambre. En La Guajira, en el 2016, murieron más de 80 niños por causas asociadas a la desnutrición. Es imperativo que el Estado tome los correctivos urgentes y trascedentes, que den un vuelco a esta verdadera tragedia nacional que ha  tendido a empeorar cada año. No me cabe la menor duda que es una obligación proteger a nuestros niños.
  4. Deseo que ningún menor de edad sufra la violencia sexual. La tragedia de Yuliana, al final del año, despertó en Colombia la indignación y la necesidad de tomar medidas urgentes sobre esta problemática. Más de 60 niños y niñas son abusados sexualmente, cada día, en nuestro territorio.  Incluso, más del 90% de las víctimas de delitos sexuales son mujeres, y la mayoría de ellas son menores de edad. Es nuestro deber cuidar a las poblaciones vulnerables y a las poblaciones de especial protección constitucional. Infortunadamente, Colombia quedó en vergonzosa deuda, respecto a los compromisos que le impone su propio sistema jurídico.
  5. Espero que el acuerdo con las FARC represente, de verdad, un paso al frente para Colombia. Me opuse al acuerdo de paz suscrito entre el peor grupo terrorista de nuestra historia y un gobierno demasiado débil. Y lo hice porque estaba segura de que el acuerdo debilitaría nuestras instituciones, y haría imposible alcanzar el propósito para el que estaba pensado. Es decir, el de alcanzar la paz que anhelamos tanto los colombianos. Espero haberme equivocado, aunque no lo creo. Aún nos queda trabajar en función de hacer cierta esa aspiración. Nuestro compromiso será el de atenuar las fallas estructurales de ese acuerdo con debates. Este es un ejercicio a favor de la democracia, que tanto y tan infructuosamente tratamos de defender en el año que se queda atrás.
  6. Quiero que haya paz para Colombia. Espero de corazón que en el transcurrir del año próximo se alcance un cese al fuego e, incluso, Dios lo permita, un acuerdo de paz con el ELN. Espero que ese acuerdo de paz se dé en los parámetros de respeto por nuestras instituciones, que hemos perdido con el acuerdo que ahora comenzamos a implementar con las Farc. Pero, sobre todo, lo que deseo es que no muera un solo hombre más  en esta lucha absurda, que ninguna mujer más sea violada u obligada a abortar en el contexto de una violencia perpetuada durante demasiados años.

La próxima semana seguiremos con mis otras seis uvas, para el 2017. De paso les quiero desear un Feliz y Próspero Año Nuevo y que las bendiciones estén con ustedes y sus familias.

@Tatacabello