José Miguel Santamaría: Si Santos no nos hubiera traicionado

José Miguel Santamaría: Si Santos no nos hubiera traicionado

 Me he puesto a pensar cómo sería Colombia si Juan Manuel Santos hubiera continuado el legado de Álvaro Uribe

A los humanos nos gusta vivir de ilusiones y de recuerdos, algunos buenos y otros no tanto. Esta semana me he puesto a pensar cómo sería Colombia si Juan Manuel Santos hubiera continuado el legado de Álvaro Uribe y su seguridad democrática.

Para poder hacer este análisis, lo miraré por los temas más relevantes de manera que se puedan ver realmente las diferencias.

Obviamente, el primer tema es la guerrilla de las Farc. Si el país hubiera seguido con la embestida durante cuatro años más, esta en el 2014 hubiera prácticamente desaparecido y tendríamos algo muy similar a lo que pasa hoy con las mal llamadas disidencias, pero no tendríamos a esos gordos fofos cogobernándonos ni arrodillando a los colombianos. Creo que, para ver a esos personajes, tendríamos que excavar en los cementerios.

En el tema de los cultivos ilícitos, seguiríamos con aspersión y tendríamos el menor número de hectáreas en nuestra historia porque tener hoy 200.000 es vergonzoso.

La economía seguramente seguiría con una buena senda de crecimiento, el gasto controlado y, por supuesto, tendríamos una mejor condición económica. No tendría el gobierno que comprar congresistas a diestra y siniestra, ni el Premio Nobel, ni estaría la corrupción a estos niveles. Acordémonos que con crecimientos por debajo del 4% no hacemos nada.

En ese otro país viviríamos mejor, afortunadamente todavía estamos a tiempo para retomar el rumbo si ganamos las elecciones del 2018. Es imperativo hacerlo porque tenemos que voltear esta mala tendencia izquierdosa que ha llevado a todos los países latinoamericanos a la debacle.

Necesitamos que la inversión extrajera vuelva para que genere empleo y dejar de mirar la minería como el “coco” para verla como un generador de recursos que nos llevará a lograr ese desarrollo que tanto anhelamos.

Algún día la empresa privada y los grandes conglomerados se darán cuenta del daño que hizo este gobierno. Acabar la institucionalidad no es difícil, lo complicado es recuperarla.

Yo, como miembro del Centro Democrático, me sentiría a gusto con cualquiera de los precandidatos. Acá lo de menos es la cáscara, lo importante son las ideas y el proyecto de país que creo todos tienen claro.

El presidente solo no hace nada. Debemos elegir un Congreso responsable que se meta al fango y saque adelante las reformas necesarias sin necesidad de cupos indicativos. Que la mermelada solo sirva para el pan del desayuno.

@SANTAMARIAURIBE

Publicado: octubre 23 de 2017