Sacándose los ojos

Sacándose los ojos

Seguidores de los candidatos de izquierda –Petro y Fajardo-, están enfrascados en una brutal guerra Suecia. Hasta hace poco, unos y otros, se “estaban haciendo” pasito. Pero los resultados de las encuestas, despertó las más bajas pasiones, tanto de los que respaldan a Petro como los que acompañan a Fajardo.

Es recurrente que los seguidores de Petro recurran al matoneo a través de las redes sociales para hacer campañas de desprestigio y ataques sistemáticos a quien se atreva a cuestionar a su líder. Esa táctica, se ha venido implementando desde cuando Petro era alcalde de Bogotá y la procuraduría decidió separarlo del cargo por las evidentes faltas en el manejo de las basuras en la ciudad. Desde entonces, las “brigadas” virtuales de Petro, se dieron a la tarea de constreñir a ciudadanos y periodistas que cuestionaron su actitud desafiante y las convocatorias que se hicieron en la plaza de Bolívar para desconocer el fallo del ministerio público.

Ahora, que Petro sube en las encuestas y que su campaña empieza a crecer, sectores de la izquierda que no lo acompañan se han dado a la tarea de hacer públicos sus reparos frente a él. El primero en hacerlo, fue el escritor Héctor Abad Faciolince –cercano a la campaña de Sergio Fajardo-, quien denunció que Petro había alterado actas del polo democrático, para introducir a espaldas de los directivos de ese partido decisiones que aún no habían sido adoptadas por esa colectividad.

¡Quién dijo miedo! De inmediato, Abad empezó a recibir toda suerte de ataques e improperios, llegando al extremo inaudito, como él mismo lo denunció, de que su cuenta personal de Twitter fue objeto de “un problema de seguridad informática”, el cual surgió “el día que se generó la polémica con Gustavo Petro”.

Muchos cuestionan la actitud arbitraria del petrismo. Si así proceden en campaña, cómo será si Petro llega a ser elegido como presidente de la República. ¿Acaso van a desatar cadenas de improperios contra todos aquellos que expresen sus diferencias contra el gobierno? ¿Los que se atrevan a denunciar hechos irregulares serán objeto de acciones como la emprendida contra Abad Faciolince?

A la gresca, se sumó el excandidato a la alcaldía de Bogotá, también militante del polo democrático, Aurelio Suárez, quien aseveró que Petro sí cambiaba los acuerdos a los que se llegaba en ese partido.

Lo curioso es que los militantes de la izquierda hayan guardado silencio cómplice durante tantos años y hasta ahora, cuando ven que Petro sobrepasó a Fajardo, hayan decidido hablar. Nunca es tarde para hacerlo, pero ellos, por cuenta del “tapen tapen” de alguna manera son responsables por el crecimiento de un político autoritario y abiertamente desapegado de los valores fundamentales de la democracia.

Petro es un sujeto que se vale de la democracia para escalar posiciones. Se ha paseado por todos los partidos de la izquierda, sacando provecho personal. Cuando éstos dejan de marchar a su ritmo, genera una crisis que le sirve de argumento para irse y continuar prosperando amparado por una figura partidista distinta.

Se vale del pueblo para alcanzar sus objetivos y una vez llega al poder, se desentiende del compromiso democrático. Como alcalde de Bogotá, abierta y alevosamente, desconoció una fallo de una autoridad disciplinaria. Permitió que sus seguidores colapsaran a la administración de justicia a través de la tristemente célebre “tutelatón”, con la que se pretendió atajar la inhabilidad que le fue impuesta por la procuraduría.

El antecedente de la reacción de Petro ante aquella sanción, puso de manifiesto cuál es su talante frente a la ley y a las autoridades legítimamente constituidas. Le tiene sin cuidado lo que los organismos de control resuelvan en su contra. Ante cada sanción o llamado de atención, irresponsablemente agita al pueblo para que se vuelque a las calles a pelear por él.

Hoy, sus antiguos conmilitones lo critican y le enrostran hechos que no son en absoluto novedosos y no tienen por qué sorprender. Desafortunadamente, quienes están hablando, lo hacen como una medida desesperada con la que buscan contrarrestar el hecho de Petro esté superando en las encuestas a Sergio Fajardo y no por una convicción sincera de que ese candidato es, en efecto, un verdadero enemigo de la democracia colombiana.

@IrreverentesCol

Publicado: febrero 13 de 2018