Recuperemos la unidad de la Nación

Recuperemos la unidad de la Nación

Antes de pensar en candidaturas presidenciales, debemos recuperar nuestros valores colectivos, la unidad como nación, para trabajar por propósitos superiores a los intereses entendibles y naturales que se gestan en el mundo político.

El atentado terrorista contra el presidente de la República, Iván Duque, permitió probar que en Colombia hay un ruptura gravísima en la Nación. Es inconcebible que, en medio de las diferencias o la oposición que se puede ejercer contra el presidente Duque -normal en un régimen democrático- existan ciudadanos y líderes políticos que deseen la muerte del presidente o presenten como autoatentado en redes sociales y medios de comunicación un acción criminal que pudo constarle la vida a el presidente, sus ministros, y un gobernador.

En los regímenes presidenciales como el nuestro, el presidente representa la unidad nacional como mandato constitucional: además de representar la jefatura de Estado, de Gobierno, y Suprema Autoridad Administrativa. Si no tenemos claro importancia constitucional y política del presidente es fácil que se le desee la muerte. Grave.

La más reciente encuesta de Datexco – “Pulso País”- indagó sobre la aprobación de gobernantes, instituciones, líderes políticos, y sobre temas de interés público. Los resultados ratifican la cotidianidad de los colombianos que expresan desaprobación de sus gobernantes, instituciones, y desconcierto y desconfianza por la institucionalidad. Nadie ni nada se salva.

Podríamos argumentar que estas encuestas son el resultado de año y medio de pandemia donde se sumaron todos los males y problemas posibles de diferente orden y repercusión en cada una de las familias, pero no es así. El deterioro de la institucionalidad, sumado al deterioro moral y ético de la sociedad, que incluye todos los actos de corrupción que se cometen en todos los escenarios públicos y privados, nos tiene en este limbo donde la confusión y la perturbación se imponen y crecen en un momento donde se requiere serenidad y sensatas.

Para recuperar la unidad de la Nación debemos tener claridad si la protección de la vida humana tiene o no excepciones. Porque no podemos seguir relativizando la muerte violenta de unos seres humanos por su identidad política o por su representación institucional. Si la vida es sagrada como lo expresan la totalidad de los líderes políticos y religiosos, que en verdad sea sagrada en todos los órdenes de la Nación.

De igual forma debemos recuperar otros valores que se han perdido en Colombia como el respeto y protección a la propiedad privada; derecho a que el Estado garantice sin eufemismos la seguridad y el orden; derecho a la libertad de locomoción. Sin olvidar valores como la convivencia, trabajo, justicia, igualdad, conocimiento, libertad y paz.

Ningún líder político puede atentar contra propósitos superiores de la Nación como es el caso de la pandemia que exige la preservación de la vida por encima de intereses políticos. La vacunación es responsabilidad del gobierno nacional, la cual avanza positivamente si se le compara con otros países de Latinoamérica y del mundo  https://timetoherd.com/country/COL. Así como el autocuidado es responsabilidad individual.

La unidad de la Nación exigía que la vida estaba por encima de intereses políticos o electorales y esa exigencia implicaba el aplazamiento de la protesta que termino en una  mortandad imperdonable.

@LaureanoTirado

Publicado: junio 29 de 2021

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