Alicia Arango: ¿Qué queremos para Colombia?

Importante que se de oportunidad a personas no contaminadas por la política tradicional, que muy poco han servido al país.

Cuando escucho a muchas personas que votaron Sí en el plebiscito diciendo, como así que Farc tendrá guerrilleros de guarda espaldas, que el narcotráfico ya no es delito transnacional sino conexo, que los guerrilleros recibirán mensualidades que triplican el sueldo mínimo, que tendrán más representantes en el congreso que cualquier partido hecho a pulso y con trabajo, que juzgados por delitos de lesa humanidad no pagarán un día de cárcel y podrán ser elegidos, que la Justicia Especial para la Paz, reemplaza y no considera para nada a la justicia ordinariamente, que algunos magistrados de ese tribunal serán extranjeros y parecería que sus actuaciones en el pasado han favorecido a guerrilleros de otros países,  que nivelaron a militares con terroristas olvidándose del honor militar, que tendrán derecho a emisoras, cuando en este país si hay algo difícil es conseguirse una, que andarán en carros blindados mientras muchos líderes y defensores de derechos humanos son asesinados sin ningún tipo de protección, que no entregarán los niños reclutados, sino que en medio de un show de medios anuncian que ahí van entregándolos de dos en dos, que las bellas y completas ciudadelas en las que estarán mientras resuelven su situación, nada tienen que ver con las frágiles casas regaladas del gobierno, que aún no han entregado bienes y recursos, cuando sabemos que son bien ricos por el narcotráfico, secuestros y extorsiones y otras cosas igual de graves que fueron concedidas a las Farc a cambio de que no siguieran con el terrorismo. Sigue sin aclarar el tema de las disidencias, guerrilleros Farc que pasaron a ELN y su real participación en las Bandas criminales, Bacrim.

Cuando los escucho día a día y cada vez con más frecuencia solo les contesto, se les dijo, se les advirtió. Se dejaron llevar por las fantasías del presidente Juan Manuel Santos, por esa publicidad fantástica que añora cualquiera que la ve, pero que es tan alejada de la realidad y del futuro próximo.

Muchos se dejaron llevar por los medios escritos y hablados y no se tomaron el trabajo de leer los Acuerdos, de escuchar las declaraciones de las Farc, generalmente contrarias a las del gobierno sobre lo negociado. Le creyeron a quienes por odio al expresidente Álvaro Uribe, desdibujaban lo que se estaba negociando y lo que nos esperaba.

Así mismo preguntan y se quejan por la seguridad, el regreso de las extorsiones, el desastre de la economía, la salud, la educación. Solo queda decirles se les dijo, se les advirtió y me temo que ya es muy tarde para que el gobierno corrija. Bueno, se otorgó el derecho y se dió el lujo de no respetar la decisión del pueblo en el plebiscito. El pueblo dijo No a los Acuerdos, dijo que era necesaria una modificación en algunos puntos y el gobierno muy descaradamente hizo reuniones para escuchar a los del no, pero sabiendo que era para darles contentillo porqué de fondo no aceptarían una sola de las solicitudes. Después de eso, ¿qué?

Si ese No hubiera ganado de manera arrasadora, como muestra el sentimiento de los colombianos por los Acuerdos de Paz y por la escasa confianza que tienen en el presidente Juan Manuel Santos, seguro estaríamos hoy en otro tipo de discusión, pero no fue así. No lloremos sobre la leche derramada y sigamos adelante.

Lo único que nos queda es cambiar el rumbo de Colombia eligiendo a un buen presidente que sea capaz de coger la agenda del país y armonizarla nuevamente de acuerdo con las necesidades reales de nuestro pueblo Colombiano. Un presidente que tenga claro que el interés  general va siempre por encima que el particular. Las minorías organizadas como en este caso el terrorismo no pueden ser quienes lleven la agenda de un país lleno de gente buena y trabajadora.

Tenemos que ser firmes y constantes en lo que queremos para Colombia. Tenemos la obligación de luchar por los más vulnerables, por esos que no tienen voz y son manipulados por los políticos de siempre.

Que este trago amargo de la paz de mentiras y los resultados de este gobierno nos sirvan de lección para no seguir equivocándonos y votemos responsablemente. Votemos por lo que necesitamos, no votemos por llevar la contraría o por odio.

Seamos transparentes con Colombia que mucho lo necesita y nos necesita, un Presidente que tenga claro los temas que se deben modificar en el Acuerdo, sin crear utopías de volver al punto cero, o sea borrar todo y que los guerrilleros vayan todos otra vez al monte. Eso es un imposible operativo en la realidad.

Lo importante es la rigurosidad con cabecillas Farc, el seguimiento a cada compromiso y la,denuncia internacional a temas que son ilegales en el ámbito internacional como la impunidad, el reclutamiento de niños y el narcotráfico. Tranquilos que con que modifiquemos esos puntos comenzamos a recuperar el camino correcto.

Los colombianos, además debemos elegir un presidente que además del Proceso de Paz, tenga formación y conocimiento en temas como economía, empleo formal, emprendimiento, infraestructura, salud, educación, relaciones internacionales, comercio exterior, manejo de inversión privada y pública, hacienda pública, planeación y desarrollo, en fin, que sea capaz de manejar toda la problemática que hoy tiene a Colombia sumida en el caos.

También es importante que se de oportunidad a personas no contaminadas por la política tradicional, por esas castas políticas que muy poco le han servido al país. Los colombianos queremos renovación, personas que sean capaces de respetar lo bueno y acabar lo que no sirve. Que no tenga atadura distinta a las necesidades y la solución de los problemas de esta querida Patria.

P.D. Si dejamos pasar esta oportunidad, ¿cuando vendrá la próxima? ¡Es ahora! Necesitamos un presidente que recupere el rumbo. El mío es del CD y representa la renovación, el oxígeno, las buenas prácticas  y el conocimiento de muchos temas además de la paz que quiero para mi Colombia querida.

@AliciaArango

Publicado: marzo 14 de 2017