Que Petro continúe hablando

Que Petro continúe hablando

Se le atribuye a Napoleón una frase que resulta imprescindible, por su pragmatismo y sensatez: si su enemigo va camino hacia el abismo, no es prudente alertarlo.

Gustavo Petro es el enemigo de la libertad democrática. Su discurso, enmarcado en el neocomunismo es peligroso y abiertamente contrario a los valores de la libertad.

Un eventual gobierno suyo atentaría contra el régimen constitucional vigente, pisoteando conquistas como la libertad de expresión, la libertad de prensa y, más grave aún, la autonomía monetaria del banco de la República.

Venezuela, Nicaragua, la Bolivia de Morales, Ecuador de Correa y Cuba, son los modelos que Petro tiene como ejemplo a seguir.

Según distintos estudios independientes, la inflación en Venezuela el año pasado fue del 844.1%. La irresponsabilidad en el manejo de la economía por parte de la dictadura chavista, llevó a la quiebra al país que hace 20 años nadaba en la abundancia.

El Fondo Monetario Internacional, realizó una proyección que indica que el desempleo en Venezuela se acerca al 50%, mientras que la tasa de desnutrición se sitúa en el 16%.

Para hacerle frente a las crisis sociales y al creciente inconformismo, el dictador Maduro literalmente ordena encender las máquinas impresoras de billetes, instrucciones que son seguidas al pie de la letra por los miembros del Banco Central.

Nadie sabe realmente cuál es la moneda venezolana. En la calle circulan bolívares, bolívares fuertes, dólares y euros.

Lo cierto es que, en la práctica, la economía venezolana está dolarizada. Los bolívares son pedacitos de papel que minuto a minuto pierden más valor.

Y en un gobierno de Petro, Colombia repetiría la tragedia venezolana. El cabecilla del neocomunismo ha propuesto la emisión indiscriminada de dinero para ponerlo a circular con el fin de hacerle frente a la crisis económica que se ha generado durante la pandemia.

La propuesta del jefe neocomunista Petro está enmarcada en la denominada Teoría Monetaria Moderna que, en resumen, invita a que los gobiernos, en vez de ampliar la base de contribuyentes o de subir las tarifas de los impuestos, enciendan las impresoras y fabriquen los billetes que necesitan para hacerle frente a los compromisos económicos. En otras palabras: los Estados se autofinancian a través de la emisión de dinero.

El efecto inmediato de ese tipo de medidas es la hiperinflación. El valor del dinero radica, precisamente, en su escasez. Si de la noche a la mañana empieza a circular más papel moneda, se alterará el mercado, con lo que el dinero perderá su valor intrínseco y los precios de los bienes y servicios se dispararán.

Petro es un enemigo agazapado de la economía del libre mercado y un opositor de la empresa privada. Lo ha dicho una y otra vez: en un gobierno suyo, miles de empresas serán expropiadas.

Y, para liquidar de una vez y para siempre el modelo económico que rige en Colombia, su estrategia es evidente: causar el colapso de la misma por medio de la provocación de una hiperinflación.

Con la economía hecha trizas, Petro y sus aliados neocomunistas tendrán en camino despejado para imponer un modelo centralizado como el cubano, donde la libertad económica se reduce a la distribución de unas cartillas que contienen los cupones de la comida y ropa que tiene derecho a reclamar el oprimido pueblo de la isla sometida al brutal régimen comunista fundado por los hermanos Castro.

Está muy bien que Petro continúe hablando. Así, los colombianos conocerán su propuesta política contraria a la libertad. El cabecilla de la denominada Colombia Humana, es enemigo de la propiedad privada y, por supuesto, de la libertad de prensa. Los medios de comunicación que lo cuestionan están en su mira. Los periodistas que lo denuncian, son objeto del linchamiento a través de las pandillas petristas que delinquen con total impunidad en las redes sociales.

Un eventual gobierno de Petro, significará cárcel o exilio para los opositores, miseria para el pueblo, mordaza a la prensa y, como si aquello no fuera suficiente, fin de la estabilidad económica nacional, como preámbulo a la implantación de un régimen férreo de control económico en cabeza del gobernante. En otras palabras: una dictadura.

@IrreverentesCol

Publicado: enero de 2021

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