Para el gobierno de los Estados Unidos, las Farc continúan siendo un grupo terrorista internacional. La razón es sencilla: esa estructura mantuvo intactas sus redes criminales y de narcotráfico. Muchas de ellas, como se ha visto en los últimos meses, pasaron del monte a las ciudades y hoy operan -delinquen- a través de la denominada ‘Primera Línea’.
Aquella es una banda criminal que goza del respaldo y recibe financiación de la cúpula de la ‘Colombia Humana’, grupo político que encabeza Gustavo Petro.
El principal lugarteniente de Petro es el señor Gustavo Bolívar quien, de acuerdo con los registros migratorios estadounidenses tiene residencia permanente en los Estados Unidos. Ese estatus, que vulgarmente se conoce como ‘Green Card’, no es irreversible. Todo lo contrario. De acuerdo con las complejas normas migratorias norteamericanas, quien goce de una residencia permanente debe cumplir una serie de requisitos. El primero de ellos -que es obvio-: cumplir a rajatabla con las leyes internas de los Estados Unidos.
Una de esas normas es la de no tener vínculos con grupos armados ilegales. ¿Y qué es la ‘Primera Línea’?
Según Petro y Bolívar, se trata de una organización espontánea de jovencitos insatisfechos -indignaditos- que luchan por un mejor futuro. Esa presentación, cargada de romanticismo, riñe alevosamente con la realidad, pues sobran evidencias que confirman que no se trata de expresión de inconformes sino de una organización integrada por supuestos disidentes de las Farc, en la que hay intervención del ELN y del narcotráfico.
En el año 2001, luego de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el congreso estadounidense aprobó la célebre ley denominada “USA Patriot” que consiste en brindar las herramientas para combatir al terrorismo en todas sus modalidades. Esa norma, que es rectora a nivel mundial, prevé fuertes sanciones para quien o quienes financien el terrorismo.
Si las Farc, que aún hacen parte de la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado son articuladoras de la ‘Primera Línea’ y el senador Gustavo Bolívar efectivamente ha propendido por la financiación y ejerce la defensa política de ese grupo, su situación ante las autoridades americanas puede enredarse, sobre todo por su condición migratoria.
Este no es un asunto de menor cuantía ni una situación interna colombiana. La ‘Primera Línea’ debe ser tratada como lo que es para evitar que crezca y que se convierta en un problema de orden público inmanejable. No son unos niñitos lanzando arengas, sino unos bandidos que amenazan el orden público y que se financian con platas recolectadas por Gustavo Bolívar -a través de la cuestionada plataforma y captadora de dinero llamada Vaki- y con dineros sucios entregados por dos grupos que los EE.UU. catalogan como terroristas internacionales: las Farc y el ELN.
Publicado: Julio 19 de 2021
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