Rafael Uribe Uribe: Patadas de ahogado

Mi madre cuando la teníamos perdida nos decía: dejá de dar patadas de ahogado que así no vas a lograrlo. Es lo que le está pasando a Juampa de tanto dar saltos al vacío.

Para creer en los acuerdos de paz o en cualquier otra medida del gobierno se necesita verdad, claridad, trasparencia y objetividad. Y para utilizar un dicho bogotano, lo que sucede es lo mismo, pero exactamente todo lo contrario. Por algo la popularidad de Juampa en las diferentes encuestas se ubica entre el 16% y el 29%. En el mejor de los casos pocos puntos por encima de la de Maduro.

La Corte Constitucional a pesar de avalar medidas insólitas sobre el plebiscito, como el umbral del 13%, puso condiciones. Una fundamental es la contenida en el artículo 5 de la sentencia: “El Gobierno nacional publicará y divulgará el contenido íntegro del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Dicha publicación se realizará de manera permanente, con mínimo treinta (30) días de anticipación a la fecha de votación del plebiscito…”

Sale Juampa con que para convocarlo en lugar de la firma bastaría un chulo con las iniciales de los plenipotenciarios a un papel que es solo una colección de borradores. Voten pues amigos por un cheque en blanco respaldado por tres mosqueteros de gran credibilidad: Roy Barreras y Armando Benedetti aupados por el vociferante César Gaviria, detrás de los cuales hay otras joyitas, Piedad Córdoba e Iván Cepeda y el asesor jurídico, abogado comunista español cuya hoja de vida pueden ver en Wikipedia, Enrique Santiago.

Sabemos que el jugador de póquer no se para en pelos; ¿pero podrá pasarse por la faja la decisión de la corte? O ¿Es el preludio para otra patraña de refrendación? Porque a las Farc los condicionamientos de la corte no gustaron. En su página ya andan otra vez con el cuento de la constituyente, obviamente convocada a su amaño, no a la luz de la Carta Magna.

El problema de fondo es que se acabó el tiempo para el gobierno mientras para los terroristas este es impredecible. Ahora salieron con otro entuerto, los acuerdos deberán ser respaldados por una Conferencia Nacional de Guerrilleros que obviamente deben convocar y acordar los protocolos de movilización y seguridad de los mandamás, desde La Habana a las montañas de Colombia. Esto prolonga la firma del acuerdo final, mientras la sola logística para convocar, organizar y votar el plebiscito Juampa la necesita finiquitar a más tardar para noviembre. Está contra la espada y la pared para tramitar la reforma tributaria y, si se le va a diciembre, no encontrará ni con quién lograr el umbral.

Como decía Darío Echandía, “la gente no es pendeja” y así lo demuestra la última encuesta de Ipsos, donde uno de los contratantes es el lambicolor del régimen. Los resultados son contundentes: mientras el 39% votaría por el sí, el 50% lo haría por el no,  extraño si se mira desde la óptica de la abultada publicidad oficial; la autorización –obligación– de que los empleados oficiales participen en el apoyo –al si– del plebiscito; la amenaza a gobernadores y alcaldes de dejarlos sin plata si están en contravía del pensamiento de Juampa; las alharacas de Gaviria; el ruido de guerra; la intimidación a los empresarios; la mermelada; la obsecuencia de los medios. Mientras más traspiés dé por el afán, más subiremos los votantes por el NO y más exprimirán a Juampa.

El rincón de Dios

“La mentira tiene muchas facetas: reticencia, cabildeo, murmuración… Pero es siempre arma de cobardes.” San José María Escrivá

 

@rafuribe