Para verdades el tiempo y para justicia Dios

Para verdades el tiempo y para justicia Dios

Esta semana se cumplió el segundo aniversario del plebiscito, el mayor triunfo electoral que haya tenido una oposición sometida a la más cruel estigmatización sistemática por parte de un gobierno. La felicidad – como todos sabemos – fue efímera. El Nobel mal habido de Juan Manuel Santos fue el primer golpe y el segundo, las afirmaciones de Juan Carlos Vélez que sembraron la idea de que lo dicho en campaña fue mentira. La prensa oficialista nos destruyó haciéndole eco al titular “Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca” y la izquierda, ni corta ni perezosa, sacó el limón para comerse la papaya ofrecida. Las Farc, posando como prohombres, hicieron un llamado a las personas afines al acuerdo para que salieran a la Plaza de Bolívar a manifestarse por la paz. En el mundo al revés que nos legó Santos, los bandidos que habían desangrado a nuestra Nación se dieron el lujo de calificarnos a nosotros, que nunca hemos levantado un arma contra nadie, de guerreristas.  

Durante la campaña dijimos que las Farc son el cartel del narcotráfico más rico del mundo. Sin embargo, Juan Manuel Santos de manera cómplice avaló el discurso de las Farc que le vendió la idea de que no eran poseedores de ninguna fortuna. Inclusive, siguiendo el mandato del acuerdo firmado, presentaron una relación de bienes, necesaria para la reparación de sus víctimas que incluía elementos tan absurdos como exprime limones. Convenientemente obviaron dentro de esa relación los 19 billones de pesos adquiridos hasta el año 2015 producto del narcotráfico. Un informe de la Fiscalía General de la Nación que analizó el contenido de los computadores de algunas cabecillas acaba de revelar lo que todos sabíamos: que las Farc son el grupo criminal más rico del mundo. 

Lo único que podría hacer que las Farc pierdan los beneficios otorgados por el acuerdo es que no digan la verdad. Señores les tengo noticias: las Farc no dijeron la verdad en esa relación de bienes y en este momento el gobierno nacional debería estar sancionándolos por el incumplimiento. Y la sanción debería ser, según lo establecido en el mismo acuerdo, excluirlos del proceso y que se enfrenten a la justicia ordinaria. 

También dijimos que la JEP era un tribunal confeccionado por y a la medida de las Farc. Hasta ahora hemos visto que la JEP se ha tomado meses en establecer si Jesús Santrich cometió el delito de narcotráfico antes o después de diciembre de 2016 para así saber si pierde o no los beneficios del acuerdo. El exceso de tiempo que se han tomado en determinar algo que se podría hacer en 15 minutos nos puede llevar a la conclusión de que están postergando hasta el último minuto comunicarle al país que Santrich nunca dejó de traficar droga y por esa razón, siendo una conducta que comenzó antes de la firma del acuerdo, no va a quedar excluido de los beneficios y saldrá libre. 

El último golpe que recibió la JEP que corrobora parte de lo dicho en campaña, fue la imputación de cargos a la hoy secretaria general de dicha corporación, Marta Lucía Zamora. A la señora Zamora se le acusa de falsedad procesal al tratar de encubrir la salida de guerrilleros del territorio. En el acuerdo, los guerrilleros tienen la facultad de moverse libremente dentro del territorio nacional con la limitación de tener que obtener un permiso especial de la JEP para poder salir del país. Salir sin permiso es una violación flagrante del acuerdo que en el caso de Iván Márquez, El Paisa y Romaña quedó plenamente probado. Como ya sabemos todo incumplimiento ameritaría la exclusión de los beneficios del acuerdo y ante esta posibilidad seguramente la señora Zamora prefirió violar la Constitución y las leyes antes de ver a sus amigotes en problemas. 

Dijimos que las Farc llegarían al Congreso de la República y tendrían la oportunidad de presentar candidato a cualquier corporación pública, inclusive la presidencia sin haber pagado un día de cárcel. Los hechos hoy corroboran lo que dijimos: el sanguinario Timochenko fue candidato a la presidencia y se retiró por supuestas complicaciones de salud para salir a apoyar a Gustavo Petro. Y al Congreso llegaron 10 delincuentes con ayuda de financiación estatal para sus campañas. 

Para verdades el tiempo y para justicia Dios frase de José Zorrilla hecha a la medida de la realidad colombiana. 

@ANIABELLO_R

Publicado: octubre 5 de 2018

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