Ojo con la pandemia en Navidad

Ojo con la pandemia en Navidad

En medio de la pandemia se pretendió hacer creer que la humanidad no sería la misma después de que pasara el virus del Covid-19. Se creía que esta situación impensada que estamos viviendo y que obligó a confinarnos por varios meses con las repercusiones conocidas que ha cobrado la vida de más de 1’500.000 de personas y la peor recesión en la economía, permitiría un cambio en el comportamiento del ser humano: lo que llaman empatía.

Pero no fue así. El ser humano tiene la capacidad de sobreponerse a las pandemias, guerras, desastres naturales, es su naturaleza, avanzar. Pero en ese espíritu de seguir adelante olvida con facilidad que puede llevarse por delante la vida de su entorno familiar o su propia viva. Es desconcertante presenciar día tras día el comportamiento anormal de la mayoría de la gente para evadir sin ningún miedo o prevención los mínimos protocolos de bioseguridad que las autoridades de todo orden dictan para mitigar los efectos de la pandemia.

La gente, especialmente en Latinoamérica, se acostumbró o los acostumbraron de que el Estado es una figura paterna que debe estar prohibiendo o indicando lo que deben o no hacer los ciudadanos. En Colombia las estadísticas del Covid-19 no son alentadoras porque el número de fallecidos sigue en crecimiento; a la fecha estamos llegando a 38 mil colombianos han muerto por la pandemia (una tasa de letalidad del 2,76%).

Las medidas adoptadas por parte del Gobierno Nacional y posteriormente por las autoridades locales fueron necesarias para contener la expansión del virus, así se hubiera violentado libertades ciudadanas, derechos constitucionales y humanos. También el Gobierno Nacional ha manejado con responsabilidad la pandemia, su mitigación, y los efectos de esta es la economía. En este portal hemos expuesto las oportunas decisiones que han permitido que los más vulnerables tengan ingresos adicionales a los programas institucionales como adulto mayor, jóvenes y familias en acción, sumado a ingreso solidario; también han llegado auxilios a sueldos y primas de empelados para proteger el empleo.  

Todo este esfuerzo por parte del Estado, de las instituciones públicas, del cuerpo medico y hospitalario que atienden la primera línea de la pandemia no puede colapsar por la irresponsabilidad y el folclorismo que nos asiste a los colombianos. Entiendo que estamos en Navidad, la época más linda y adecuada para el reencuentro familiar y para los afectos, pero también es importante entender que la pandemia no ha cesado, que en Europa y otros países se están presentando rebrotes, y que nosotros no somos inmunes ante ese eventual escenario el cual sería de consecuencias incalculables para la economía del país. Mesura y cordura es lo que se requiere en estos momentos.

Los ciudadanos deben comprender que tenemos deberes con nuestro núcleo familiar, con la sociedad, y con el Estado. No nos comportemos como destartalados, protejamos la vida y la economía en esta navidad. La Navidad es sinónimo de vida, no la convirtamos en una morgue.

@LaureanoTirado

Publicado: diciembre 8 de 2020

2 comentarios

Los comentarios están cerrados.