Las mujeres que integran a la Corporación Rosa Blanca, una ONG que denuncia el reclutamiento forzado y la esclavización sexual de menores en las Farc, han señalado nuevamente a la jefe terrorista de esa organización, alias Victoria Sandino de estar detrás de las amenazas que han recibido aquellas que han acudido a los tribunales de la justicia, con el propósito de narrar la tragedia que vivieron, mientras estuvieron en poder de la guerrilla.
Urge que el gobierno, específicamente la ministra del Interior, Alicia Arango, atienda las amenazas que han recibido las mujeres que en las últimas horas han denunciado a Victoria Sandino, por los abusos de toda índole a que fueron sometidas, cuando miembros de las Farc las reclutaron contra su voluntad.
La Unidad Nacional de Protección, tiene el deber de evaluar el nivel de riesgo y tomar las decisiones pertinentes para garantizar la vida e integridad de Angélica Soto y otras niñas que tuvieron el valor de denunciar a la poderosa y sanguinaria Victoria Sandino.
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Una de las mayores preocupaciones de los jefes desmovilizados de las Farc, consiste en ocultar los casos de reclutamiento forzado, pues por aquel delito, distintos criminales de guerra han sido investigados y sentenciados por la justicia internacional.
Desde que se desarrollaron los diálogos de La Habana, las Farc, con la complicidad de los agentes del gobierno de Santos, mostraron un desbordado interés por evitar que el Estado colombiano insistiera en la desvinculación de la totalidad de menores reclutados forzosamente, a través de protocolos verificables y con la veeduría y el acompañamiento de entidades y organizaciones con reconocimiento nacional e internacional.
Al final, cuando el acuerdo estaba punto de ser finiquitado, el narcotraficante Iván Márquez, aseveró que en la guerrilla había una docena de menores, todos ellos por voluntad propia. Palabras más, palabras menos, Márquez, dio a entender que la guerrilla, en un gesto altruista, prestaba servicios de guardería de niños sin hogar que buscaban refugio en sus campamentos.
El silencio es el principal validador de la impunidad y un excelente cómplice de los victimarios. Las Farc ven en la Corporación Rosa Blanca, una piedra en el zapato. Gracias a la valentía de sus integrantes, que han vencido el temor y se han atrevido a denunciar -poniendo la cara y revelando su identidad- a todos los responsables de los abusos a que fueron sometidas, el país, pero sobre todo la justicia, han podido conocer detalles escalofriantes de la brutal política implementada por la guerrilla de Timochenko, relacionada con el sistemático y generalizado reclutamiento forzado de menores de edad.
A través de sus redes sociales, Rosa Blanca ha emitido una alerta: “En este video, Angélica Soto y otras niñas denunciaron a @SandinoVictoria y de inmediato fueron amenazadas de muerte por Farc. Angélica tubo (sic) que salir de donde vivía. Hacemos responsable a @SandinoVictoria de lo que le pueda pasar. Pedimos a @MinInterior @UNPColombia su protección”.
Es deber del Estado, cuidar y garantizar la vida de esas mujeres, para efectos de asegurarles que podrán continuar elevando sus denuncias con total libertad. Ellas merecen justicia y el país, en aras de construir la verdad histórica, tiene el derecho de conocer el nivel de sadismo de las Farc, concretamente de la hoy senadora de las Farc, alias Victoria Sandino, una de las más despiadadas abusadoras de menores de esa guerrilla terrorista.
Publicado: marzo 2 de 2020
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