Gabriel Rodríguez: No hay otra explicación

Uno no puede explicar por qué Juan Manuel Santos (JMS) ha hecho todo lo que ha hecho, no hay explicación más allá de que el presidente padezca un problema sicológico o alguna otra postura política que tenga un propósito oscuro, que intuyo puede ser seguir las directrices del Foro de Sao Pablo.

El Foro es creado en 1990 con el apoyo de Fidel Castro, con el propósito de ser un órgano de unión del comunismo mundial. Como también la de Castro recoger un subsidio de los países miembros, ya que los cubanos habían desmontado su aparato productivo (Cuba llego a producir en 1958, 10 millones de toneladas de azúcar, hoy no produce 800.000 toneladas). La ayuda de Venezuela a Cuba en petróleo fue tanta que llegaron a exportarlo. Las cifras llegaron a ser algo así como 13 mil millones de dólares al año, dándole un nuevo respiro al régimen tras la caída del muro de Berlín y el descenso de la Unión Soviética.

Su ideología es una mezcolanza de temas de medio ambiente, el indigenismo, mucha contrainteligencia, el marxismo, la teoría de la liberación de los grupos inconformes de izquierda y las pandillas terroristas de América Latina. De hecho a la dirección del Foro pertenecen las Farc, Eln, Epl, El Polo Democrático, La Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano.

El Foro tiene una agenda común para la toma del poder. Unas estrategias que JMS ha venido aplicando, como el de crear las condiciones de inconformidad necesarias para el colapso del sistema, derrumbando su economía.

La economía de Colombia está casi en estado de estanflación, con los indicadores  más nefastos de los últimos 25 años (Bolivia crece al 5%, Panamá al 7%, todos los países creciendo con cierta normalidad, a pesar de la crisis del petróleo. Hasta Haití crece 3.2%).

Hace parte de estas estrategias los intentos de legalizar el narcotráfico, lográndolo convertir en un delito político. La desmilitarización o el desmonte del las fuerzas armadas, y la reducción de su presupuesto. La desatención de la soberanía geográfica, atentando contra el sentido de pertenencia.
La propiciación de altos niveles de corrupción (dicen los economistas que evitándolo no es necesario hacer la reforma tributaria, porque se podría impedir la pérdida de más de 20 billones). El aumento de los impuestos para incentivar la inconformidad. La unificación de los tres poderes en uno, mediante la compra de conciencia de sus funcionarios. El colapso del sistema judicial. La creación de la sensación de estar en estado de guerra.

Todo esto logrado en apariencias por las vías democráticas, aprovechando la necesidad de hacer “Diálogos de Paz”, para la resolución de un conflicto con las bandas de narcotráfico, y buscar una solución negociada, creando un ambiente de impunidad para permitirles el acceso al poder.

¿Con que propósito?, ¡vaya uno a saberlo si el marxismo está mandado a recoger!

@rodrigueztorice