No al odio, sí al cambio

No al odio, sí al cambio

Presidente, por mucho que den ganas de partir el mundo en mil pedazos, y descargar el resentimiento con violencia por tantas injusticias vividas, no se le puede dar camino al odio, ni mucho menos aprovechar el breve espacio de poder, el que es una brizna en el tiempo, para vengar tanta inequidad. Es verdad que la habido mucha.

Aproveche presidente su cuarto de hora, su corto tiempo en el mando para dar el cambio que los colombianos necesitan. Rodéese de gente buena que la hay, al fin al cabo usted es la cabeza visible de su gobierno, es el suyo y de nadie más, y así lo recordarán. 

Nadie se va acordar de Irene Vélez la tristemente célebre ministra de Minas solo lo harán como un mal chiste, uno más en los anales de nuestra jocosa historia política. Ni de la ministra de Salud, la que quiere con su animadversión visceral desmontar un sistema de salud, que aunque no es perfecto funciona bien  y lo que debería hacer es perfeccionarlo aún más. Ya nadie se acuerda cuando los enfermos se morían en la puerta de los hospitales, afortunadamente eso quedo atrás. Da terror volver a el como pretende la ministra, poniendo el dinero de la salud en manos de politiqueros sedientos de corrupción. 

Aproveche presidente su cuarto de hora, y sea el hombre grande para que el destino lo señaló. Que se le recuerde inmenso como a un Núñez, un Gaitán, un Galán, un Uribe Vélez. Además que bueno que sea la izquierda la que de el cambio, tan necesario. Lo cual ratifica que usted tenía que llegar, que usted tenía razón, que usted es el hombre señalado. Por favor no sea bobo, no se equivoque, su compromiso no es con nadie en específico, ni mucho menos con partidos políticos, su compromiso único e histórico es con el pueblo colombiano, que tiene sed de justicia social. 

Sabemos que la izquierda está llena con cierta razón, aunque injustificada, de ira, y que tiene sed de venganza.  Lo vivimos con los muchachos de la primera línea, ellos son la expresión material de ese odio, ellos son la caricatura del resentimiento, pero ese no es el camino. El camino es la cordura. Lo invito a ejercer el gobierno de la sensatez, hacer un pacto por la coherencia, hacer una revolución pero no como la de Castro, llena de resentimiento y odio, esa que derrumba los valores, esos que destruyó Ángel Castro (padre de Fidel) a su vástago cuando apenas era un niño, al negarle crecer en el seno de una familia normal, al estigmatizarlo y maltratarlo por el que menos debía hacerlo. No permita que el odio de Fidel se riegue como un modelo a seguir entre nuestros líderes. Pareciera hasta ahora, que la pauta es destruir todo lo que se ha conseguido. A pesar de los errores cometidos en el pasado ha habido conquistas sociales, las que usted debe incrementar, para como es el fin de un buen líder conducirnos a la felicidad, y para como bien lo dice Francia, vivir sabroso.

@GabrielTorices

Publicado: octubre 28 de 2022

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