Los aliados del Cartel (II): Iván Cepeda

Los aliados del Cartel (II): Iván Cepeda

Se lee en el Indictment contra Maduro y sus principales cómplices, entre ellos los cabecillas de las Farc Iván Márquez Jesús Sántrich que este último “a comienzos de 2017, después de la firma de los acuerdos de paz con el gobierno de Colombia, Hernández Solarte [Jesús Sántrich], en representación de las Farc, acordó proveer muchas toneladas de cocaína  a fuentes encubiertas confidenciales de la DEA, para que esa droga fuera importada a los Estados Unidos. Las fuentes encubiertas fingieron trabajar para el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero, responsable de la tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena… Durante una reunión grabada, Hernández Solarte se refirió al asesinato de Camarena, indicando que Caro Quintero fue la persona que mató “al hijo de perra de la DEA”.

Los vínculos de Iván Cepeda con las Farc, que eran un secreto a voces, se hicieron inocultables durante los diálogos de La Habana, cuando él fungió como uno de los más cercanos defensores de los intereses de la guerrilla, empezando por el diseño de la JEP, tribunal hecho a la medida de las necesidades de los terroristas que podrán lavar todas sus culpas en esa jurisdicción, creada para cubrir con el deleznable manto de impunidad todas las atrocidades cometidas por Timochenko y sus lugartenientes, y en la que trabaja su esposa, Pilar Rueda Jiménez. 

Cepeda ha sido, en la práctica, un subalterno de las Farc, concretamente de los extraditables Márquez Sántrich. El país recuerda con indignación cuando el Senado colombiano estaba aprobando a las carreras las leyes de implementación de los acuerdos,  y en medio del debate Cepeda recibió una llamada de Márquezquien seguramente estaba en plan de darle instrucciones. 

Abundan los mensajes de cariño, solidaridad y complicidad de Cepeda hacia los capos de las Farc. Cuando la justicia colombiana ordenó la captura de Jesús Sántrich, uno de los primeros en interceder a favor de ese peligroso narcotraficante fue él. En su cuenta de Twitter escribió: “Captura de @JSantrich_FARC es un pérfido ataque al proceso de paz, que traiciona lo pactado y somete a serie incertidumbre el futuro de la terminación del conflicto armado”.

Cuando Sántrich se encontraba en prisión, Cepeda ejerció toda suerte presiones para lograr que la JEP lo liberara. Su empeño dio resultados. Mientras se efectuaba la liberación del terrorista, el congresista y Álvaro Leyva Durán le remitieron una carta cargada de elogios y adjetivos.

En la misiva, Leyva y Cepeda le dicen al narcotraficante Sántrich que él es un hombre “inteligente, hábil en la negociación, duro a su manera en momentos en que consideraba se requería esa postura en defensa de los propios; a la hora de la verdad, en momentos de grandes decisiones, paladín conciliador; usted, creativo por excelencia. De ello somos testigos”.

Cuando la JEP tomó la inadmisible decisión de liberar a Sántrich, Cepeda fue el encargado de ir a buscarlo a la cárcel. La evidencia gráfica, que el propio Cepeda se encargó de poner en circulación, despertó un inmenso y justificado malestar en el grueso de la opinión pública nacional. 

La pregunta que en estos momentos se hace la justicia de los Estados Unidos gira alrededor de quién o quiénes se prestaron para que Sántrich emprendiera la fuga. Más temprano que tarde, ese interrogante terminará absolviéndose.

Respecto del dictador Maduro, Iván Cepeda ha sido uno de los más feroces críticos de la valiente lucha que ha dado el gobierno de Iván Duque para lograr el retorno de la democracia a Venezuela. Junto a Piedad Córdoba, Cepeda es el escudero número uno de la así llamada “revolución bolivariana”.

Ejerciendo como caja de resonancia de Maduro, Cepeda ha repetido insistentemente la tesis de que Colombia se está prestando para favorecer una intervención militar en Venezuela. En declaraciones a medios de comunicación extranjeros, aseguró que “evidentemente, Estados Unidos está ejerciendo una presión para endurecer la política contra el narcotráfico y contra Venezuela… Hay una intención de llevar a Colombia y a su gobierno a una aventura intervencionista en Venezuela”. 

Ahora, que se ha empezado a desmoronar el entramado criminal que durante los últimos 20 años ha oprimido a Venezuela, Cepeda tiene que dar explicaciones claras respecto de su íntima relación con Iván Márquez, capo de capos y piedra angular del denominado Cartel de los Soles, su papel en la fuga del otro narcotraficante, Jesús Sántrich y su sistemática defensa del régimen mafioso de Maduro, por quien ahora pesa la multimillonaria recompensa de $15 millones de dólares. 

@IrreverentesCol

Publicado: marzo 31 de 2020

3 comentarios

  1. Resulta mas honesta la profesion de matarife que la de político que disfruta desde un comodo sillon provocando el derramamiento de sangre de sus compatriotas como lo ha hecho José Obdulio Gaviria durante toda su carrera política y criminal. Al igual que en la política, la guerrilla dejo de combatir por una ideología hace varias décadas y fijó sus nuevos ideales en el enriquecimiento ilícito, creando un nuevo frente de combate entre ambas fuerzas por el dominio de la explotación del negocio de los estupefacientes. El primo de José Obdulio, Pablo Escobar Gaviria, fue llevado al Congreso por los políticos en su afán por no perder el control del negocio, pero le estimularon tanto su ego que lo convirtieron en el criminal mas barbaro de la historia de Colombia. La participación del poder político en el negocio provoco la caída del sistema financiero en el gobierno de Turbay Ayala a quien EEUU lo había señalado publicamente en un articulo del New York Times como el capo de la MAFIA colombiana con oficinas en la quinta avenida. La historia reciente muestra el asesinato en un ajuste de cuentas del padre de Álvaro Uribe a quien los hechos lo involucran como uno de los capos de la mafia del narcotrafico en el que esta inmiscuida su familia con una sobrina y una cuñada condenadas en EEUU por narcotrafico. En política no existe ética, ni principios y mucho menos amistad y por eso el buen político es aquel que logra salir limpio de esa piscina de lodo en que nadan. Mientras los guerrilleros matan en el monte, los políticos asesinan desde y con el poder y el pueblo es su mejor carnada. LA PAZ se consigue dialogando con el enemigo y no pidiéndole que se entregue para meterlo a la carcel o exterminarlo como lo está haciendo este gobierno con el respaldo del ideario Alvaro Uribe Velez. Esta clase de bárbaros hacen la paz con la mujer haciéndola arrodillar para que les pida perdon y despues darle una paliza que la deje invalida. La paz no la hicieron los Colombianos, la hicieron entre las dos fuerzas criminales que han masacrado al pueblo por sesenta años la Guerrilla y el Gobierno.

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