¡Liberado Cristo José, bendito sea Dios!

¡Liberado Cristo José, bendito sea Dios!

La presente columna tiene historia. Se escribió, inicialmente, reclamando la liberación del pequeño Cristo José, secuestrado la semana pasada por bestias que deberían permanecer el resto de sus días encerradas en una prisión, trabajando y devengando el dinero necesario para pagar su estadía en la cárcel.

En un principio era un grito, porque no existen palabras para expresar el dolor que sentimos los colombianos tras el secuestro de este chiquitín de apenas 5 años; y por el asesinato de la pequeña Génesis en Fundación, Magdalena, de tan sólo 9. Reiteramos nuestra solidaridad con sus padres, hermanos, vecinos, profesoras y amiguitos de colegio.

A la altura del medio día, se conoció la noticia de la liberación de Cristo José, comunicada en un trino por el Presidente Duque, a través de su cuenta de Twitter.

La fuerza pública se exigió al máximo y según el general Mejía, comandante del Ejército, el niño fue encontrado “todo picadito de zancudos”, pero en buenas condiciones de salud. 

Por fortuna, tras escuchar y observar las declaraciones del infante en el noticiero del medio día, ya en el seno de su hogar, se le vio tranquilo y feliz en medio de sus seres queridos, brindándole un saludo al Jefe de Estado y a toda Colombia: “¡Gracias, Presidente; y gracias, Colombia!”  Hay júbilo en todo el territorio nacional por este desenlace dichoso.

Pero más allá de la alegría, debemos plantearnos algunas preguntas de fondo, porque no podemos seguir siendo testigos de actos tan escabrosos como el secuestro, la violación o el asesinato de un menor. 

¿Qué clase de sociedad somos en términos prácticos, no teóricos? ¿Cómo desarticular las mafias que existen en las cárceles, para transformar los centros penitenciarios en lugares de rehabilitación donde los presos tengan la obligación de ganarse un sueldo con el fruto de su esfuerzo? ¿Cadena perpetua o pena de muerte para criminales que secuestren o violen niños? 

Con todo respeto: Elevemos nuestra mirada hacia las estrellas, para re-encontrarnos con nuestra esencia. Dios bendiga a Colombia. 

El secuestro y la violencia contra los niños, jamás pueden ni podrán entenderse como formas de lucha. #DepuremosLaDemocracia

@tamayocollins

Publicado: octubre 10 de 2018

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