Las líneas rojas de la política

Las líneas rojas de la política

La política es sinónimo de discusión, de debate, de confrontación de ideas. Es un terreno que no es para nada dócil. Se necesita cuero grueso para soportar los ataques que desde todas las orillas se puedan articular.

Sin embargo, en absolutamente nada le ayuda al País esparcir por las redes sociales chismes de pasillo que solo buscan causar daño a los funcionarios que día a día trabajan incansablemente para articular las respuestas a las innumerables dificultades que se viven en Colombia.

En efecto, las personas pueden estar de acuerdo o no con el Presidente y su plan de gobierno y tienen todo el derecho a realizar observaciones a la manera con que el mandatario y su equipo de trabajo están llevando las riendas del País.

Empero, esas críticas, constructivas o no, deben limitarse al terreno de las ideas y los argumentos y no cruzar una línea roja que muchos consideran no existe en la política, pero que por una cuestión de respeto y principios otros defendemos: la familia.

¿En qué contribuye a disminuir el desempleo o a aumentar los índices de inversión extranjera el impulsar tendencias en twitter como “la moza de Duque”? La respuesta es sencilla: ¡en absolutamente nada!

Con ello, lo único que se logra es perjudicar de la manera más baja e infame la incuestionable integridad de María Paula Correa, una de las mejores funcionarias que tiene este Gobierno. Una mujer que dejó a un lado la estabilidad que tenía en sus cargos ejecutivos en Estados Unidos para retornar a Colombia con el único propósito de aportar su experiencia y conocimiento a la construcción de un País con mejores condiciones de vida para sus habitantes.

De igual manera, hacer eco a esas inadmisibles correrías afecta a la familia presidencial. A veces, en medio de la turbulencia de las tensiones políticas, nos olvidamos que detrás del cargo hay un ser humano que siente y que encuentra en su hogar el refugio necesario para recargar las energías y afrontar con firmeza los retos de su dignidad.

Por eso, aunque muchos consideren que por ser figuras públicas se puede cuestionar el más mínimo aspecto de su intimidad, otros pensamos que el País lo que necesita es una firme confrontación de argumentos sobre cómo generar desarrollo en Colombia y no comentarios infundados que demuestran la mala calidad de ser humano que algunos pueden llegar a ser con tal de estar un poco más cerca del poder.

Mi total solidaridad y respaldo a María Paula Correa. Colombia la necesita. La responsabilidad que le encomendó el Presidente no es para nada fácil, pero no cabe la menor duda que con su talante y capacidad logrará desempeñarse de la mejor manera desde esta posición.

Ojalá que algún día aprendamos como País que las ideas y no los chismes son las que transforman positivamente las sociedades.

@Tatacabello

Publicado: diciembre 6 de 2019

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