La tortura a Uribe

La tortura a Uribe

Han comenzado las audiencias de la preclusión que por segunda vez solicitará la Fiscalía a favor del expresidente Uribe por el caso de la supuesta, y por cierto improbada, manipulación de testigos. 

De hecho, se ha podido establecer que la manipulación de testigos efectivamente existió, pero en contra del exmandatario colombiano. El caso del falso declarante Juan Guillermo Monsalve está ampliamente documento. Las dádivas que le fueron entregadas a él y a su familia -fincas en zonas exclusivas del país, dineros girados desde ONG afectas al senador de las Farc Iván Cepeda, beneficios penitenciarios, asilos para su exesposa, entre otros- comprueban que su testimonio fue totalmente dirigido. 

Igualmente, todas las pruebas que hay en el abultado expediente apuntan a un mismo destino: el doctor Uribe es víctima de un brutal entramado criminal con el que se pretende vincularlo falsamente -a su hermano Santiago también- en la conformación de grupos paramilitares. 

Los testimonios de muchos testigos que han sido llamados por la Fiscalía confirman que se puso en marcha un aparato criminal con el fin de falsificar testimonios contra el expresidente de la República, declaraciones a las que miserablemente la corte suprema, tribunal que interceptó ilegalmente el teléfono de Uribe Vélez, les dio toda la credibilidad cuando el proceso estuvo en manos del cuestionado excontratista del gobierno Santos y ahora magistrado de la sala de Instrucción, Cesar Augusto Reyes Medina. 

Los opositores políticos del expresidente jugaron una carta muy delicada. Conscientes de la dificultad de ganarle en franca lid en la arena política, se dieron a la tarea de minarlo moralmente a través de montajes judiciales. La jugada les salió: lo sentaron en el banquillo de los acusados para debilitarlo electoralmente. El resultado salta a la vista. El socialcomunismo pudo ganar las elecciones en las que Uribe no tuvo presencia alguna. 

El Centro Democrático sufrió un grave revés en las elecciones de 2022 a las que, a pesar de ser el partido de gobierno, llegó sin candidato presidencial. Su representación en el congreso sufrió una reducción ostensible en comparación con 2018, cuando fue la colectividad con mayor número de congresistas.

Serán largas, agotadoras y repetitivas las diligencias que se instalaron en este nuevo intento por sustentar la razón por la que la nueva juez de conocimiento debe proceder a despachar la preclusión a favor del exmandatario.

El asunto evidentemente no quedará agotado este año. Además de las sesiones en las que hablará el fiscal de la causa, también intervendrán las supuestas víctimas -entre las que se encuentran Cepeda y los cuestionadísimos exfiscales Montealegre y Perdomo-, el delegado de la Procuraduría y, por supuesto, la defensa del presidente. 

Seguramente esto culminará el año entrante, pues la justicia entra en receso a mediados de diciembre y retoma funciones la segunda semana de enero de 2023. 

Uribe lo ha dicho hasta la saciedad: es un designio de vida aclarar este asunto, defendiendo su honor y la verticalidad de los actuaciones de su vida pública y privada, las cuales han pretendido ser mancilladas con las falsas imputaciones que se le han hecho. 

Como él mismo expresó minutos antes de que arrancara esta nueva etapa judicial: “Empezaré de nuevo esta tortura, creada por la suposición de que compro testigos, contrario a mi manera combativa de ser. Todo por la rabia de un ex fiscal, el sesgo de un magistrado y la presión de un socio impune del narcotráfico”. 

Quienes confían en la honestidad e inocencia del presidente Uribe siguen apoyándolo y acompañándolo en esta que, si bien no es la última, quizás sí sea la batalla más importante de su vida. 

@IrreverentesCol

Publicado: octubre 11 de 2022

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