La salud está enferma

La salud está enferma

El pasado miércoles la Procuraduría revocó el proceso de venta de MEDIMAS, levantando nuevamente las innumerables dudas sobre el futuro de esta EPS y su impacto sobre nuestro sistema de salud.

La situación de esta gigante prestadora de salud no solo pone en riesgo la prestación del servicio a sus cerca de 4.2 millones de afiliados, sino la del todo el sistema; ya que las demás EPS no tendrían la capacidad inmediata de reacción para atender a esta inmensa población y cubrir el vacío que deja la misma.

El presidente Duque, el ministro Uribe y el superintendente Aristizábal han dado un parte de tranquilidad, con el anuncio del gobierno de exigir que se mantenga la prestación del servicio, además de la creación de un plan de contingencia para reforzar la vigilancia sobre las prestadoras.

Lo que no podemos desconocer es que esta crisis prendió de nuevo todas las alarmas sobre la situación que atraviesa el sistema de salud, donde no sólo encontramos problemas como el de MEDIMAS. En dificultad se encuentran otras EPS que viven crisis similares, como lo son: Coomeva (2.6 millones de afiliados); Salud Vida (1.4 Millones); Savia Salud (1.7 Millones), entre otras. Solamente sumando el número de afiliados existentes en las 4 EPS mencionadas estamos hablando de una población de alrededor de 9.9 millones de colombianos.

Son múltiples los cálculos que se hacen sobre el desfinanciamiento de la salud. Para el 2019 existe un déficit de $3.4 billones de pesos en la cartera del Ministerio de Salud, sin embargo, diferentes estimaciones realizadas por expertos concluyen que con el déficit de arrastre podemos estar hablando de un desfinanciamiento real de $10 a $12 billones. A esto debemos sumarle otros factores que están reventando el sistema, para dar un ejemplo, el constante aumento de tratamientos no POS que asumen las EPS.

Es innegable que la difícil situación de estas entidades genera un efecto en cascada. Se observa como el problema financiero que tienen grandes EPS, afecta otros actores del sistema como las IPS, la red de hospitales públicos, profesionales de la salud, los proveedores y en general toda la cadena de valor. Para que nos hagamos una idea, a mediados de 2017 se estimaba que las entidades prestadoras de servicio adeudaban $5.8 billones de pesos a la red de hospitales públicos.

A lo anterior cabe sumarle otras patologías que tienen en estado crítico a nuestro sistema de salud. Además de las deudas de las EPS, la Superintendencia ha identificado como origen de la desfinanciación el gasto excesivo, el aumento de medicamentos no POS, los recursos del régimen subsidiado que no llegaron a los hospitales y la lamentable, pero siempre presente, red de corrupción.

Seguramente son muchas las acciones que se pueden realizar. Tal vez un par de ideas a considerar pueden ser: iniciar primero por cambiar el enfoque de atención hacia la prevención, para lo cual se necesitan programas de promoción y prevención a lo largo y ancho del país. Revisar la posibilidad de implementar programas de demanda inducida que ayuden a identificar el estado de los pacientes antes de que alguno pueda sufrir una enfermedad que termina siendo de alto costo. Segundo, como lo planteo como candidato el hoy presidente Duque, evaluar la calidad de las EPS y pagar con base en ella.

Es inaplazable Pararle-Bolas a la situación de la salud de los colombianos. Debemos encontrar el equilibrio en el sistema, pues está enfermo y poder lograr que sea sostenible, nos trate a todos como iguales, mediante un servicio digno y de calidad. Que proteja a quienes más lo necesitan y trate con respeto, criterio científico y humanidad a todos los pacientes.

@gabrieljvelasco

Publicado: octubre 8 de 2018