La laguna que no alcanzó a secarse

La laguna que no alcanzó a secarse

“Si la naturaleza se opone a nuestros designios entonces estamos preparados para combatirla” dijo Simón Bolívar” al referirse a la incomodidad que le causaba tener que bordear la Laguna de Fúquene para desplazarse desde Saboya a Santafé de Bogotá.  Afirman los pobladores más viejos que quedan sobre la rivera de la laguna, que con posterioridad a la independencia, el general Simón Bolívar le entregó el título de propiedad de la laguna, al general José Ignacio París Ricaurte, para que la desecara y la convirtiera en un gran potrero y hacienda.

Parece que el mandato patriótico se había venido cumpliendo. Sin embargo, el calentamiento global y la realidad de la necesidad de preservar el agua, han hecho que se proponga un reconocimiento a la cultura sagrada de los Muiscas que consideraron la laguna como el refugio de los dioses.

Hoy el gobierno nacional y los  departamentos de Boyacá y Cundinamarca, están comprometidos en hacer la gestión para retirar los más de  200.000 metros cúbicos de material vegetal a través  de la ejecución de un convenio  interadministrativo suscrito con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR)  con el objeto de recuperar hidráulica y ambientalmente el complejo lagunar de Fúquene.  En este proyecto inicial están terminando de invertir 5.305 millones de pesos, provenientes de regalías de Cundinamarca y Boyacá.

Además, con recursos provenientes de un empréstito el Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) aprobó una inversión de 180 mil millones de pesos  para la recuperación de la laguna, labor que consiste en limpiar el espejo de agua de las plantaciones invasivas de junco y buchón, traídas allí por los moradores vecinos para quitarle territorio a la laguna y ampliar sus potreros, tal como lo ordeno el general Simón Bolívar. Eso dicen para justificar su comportamiento contra la sostenibilidad de la laguna.

Con esa histórica inversión se garantiza revivir la laguna, y recuperar una fuente de abastecimiento de agua no sólo para los campesinos del sector, sino para los Chiquinquireños y moradores de las poblaciones de la hoya del río Suarez que comprende los municipios de Puente Nacional, Barbosa, Güepsa, San Benito en Santander y San  José de Pare  y Santana en Boyacá, regiones que padecen dificultad en el suministro de agua. Además de su potencial atractivo turístico.

Ojala en la coyuntura de las marchas por la defensa del agua, todos los defensores de las causas ambientales le regalen una mirada a la Laguna de Fúquene para que los recursos que se están invirtiendo allí para limpiar el espejo de agua y extraer la sedimentación que se ha depositado desde cuando el libertador ordeno secar la laguna, se inviertan eficientemente. Los campesinos observan que la sedimentación que se extrae de la laguna sirve para aumentar la capa vegetal de sus fincas, lo que permite que en la ejecución del convenio de extracción de sedimentos, tengan garantizados los botaderos del material extraído, sin costo, haciendo que el presupuesto rinda y ambientalmente se obtenga un muy buen resultado. Para fortuna nuestra, no se secó la laguna en 200 años del patriótico esfuerzo, pese a que fue una de las últimas voluntades de Simón Bolívar.

En la Laguna de Fúquene nace el río Suarez que junto al Fonce y el Sogamoso tributan caudalosamente sus aguas al Río Magdalena. Cuanto se podría aportar para crear conciencia colectiva en torno a la necesidad de preservar y defender la laguna como se hace hoy con el Páramo de Santurban. Propongo una gran cadena humana para abrazar la laguna por su borde, el mismo que recorrió Simón Bolívar cuando la humanidad le deba más valor al oro que al agua. Los Muiscas arrojaron a su fondo oro, en honor a sus divinidades, tal vez la intención del Libertador fue concesionar la extracción de esa riqueza. ¿Qué dice el señor gobernador de Santander Doctor Didier Tavera? El Doctor Carlos Amaya Gobernador de Boyacá tiene la ruana puesta para defender la laguna y su ecosistema. En la cuenca alta del rio Suarez en los límites de Santander y Boyacá, hay cerca de 2 millones de hectáreas de bosque que merecen nuestra mirada.     

@AlirioMoreno

Publicado: mayo 15 de 2019