La irresponsable

La irresponsable

Claudia López es una populista que difunde un discurso que incita al odio contra aquellos que no comparten sus ideas.

La prepotencia y soberbia de Claudia Nayibe López se ha exacerbado desde que anunció que aspiraría a la presidencia de la República, enarbolando un discurso populista contra la corrupción, mostrándose a si misma como la única persona en Colombia capaz de sacar al país del atolladero moral en el que Santos la introdujo.

López ha forjado su vida pública mintiendo y gritando a sus opositores. Su limitada capacidad argumentativa se suple aumentando los decibeles de su voz. Para ella, todo aquel que no comulgue con su particular forma de ver el mundo, es un “hampón”, palabra que utiliza con inusitada frecuencia en sus intervenciones públicas.

Fustiga al gobierno de Santos, pero vota disciplinadamente, tal vez con más ahínco que los propios congresistas de la denominada unidad nacional, todos los proyectos impulsados por el Ejecutivo.

Su talante pendenciero le ha granjeado más enemigos que amigos.

Hace política cabalgando sobre su condición homosexual. Las personas que se manifiesten en desacuerdo con que los miembros de la comuna LGBT puedan casarse o adoptar hijos, de inmediato se convierten en objetivo de su dedo acusador.

Nadie puede condenar que Claudia Nayibe quiera ser candidata presidencial. La constitución lo permite. Sólo se requiere ser colombiano de nacimiento, tener más de 30 años y no haber sido condenado. Pero, ¿cuáles serían los peligros de una eventual presidencia suya? Su conocimiento en temas como la economía son prácticamente nulos. En asuntos que resultan fundamentales, sus posiciones han sido ambiguas, siempre buscando un titular o, en su defecto, centenas de likes o retweets en las redes sociales. Ella es a la política, lo que para la tauromaquia son los tremendistas, aquellos matadores que acaban con el arte y se convierten en seres ridículos que ponen sus vidas en peligro innecesariamente, sólo para excitar al público y obligar a blandir los pañuelos blancos.

A mediados de los años 90 del siglo inmediatamente anterior, en el Ecuador surgió un candidato populista que vendió humo por todos los rincones de aquel país, prometiendo que acabaría, en un santiamén, con la corrupción. Abdala el loco Bucaram no solo incumplió su promesa de campaña sino que fue, de lejos, uno de los peores gobernantes que haya tenido la nación vecina. 6 meses después de haber tomado posesión del cargo en reemplazo de Sixto Durán, fue destituido por el parlamento ecuatoriano que determinó que sus perturbaciones mentales lo inhabilitaban para gobernar.

El joven dirigente uribista, Samuel Hoyos, en diálogo con LOS IRREVERENTES manifestó que “Claudia López tiene un arribismo desesperado que, con tal de trepar políticamente y de sobresalir, se dedica a insultar a las personas, tratar de acabarlas moralmente. Claudia López, no luce por sus ideas o propuestas. Habla de la corrupción, pero no hay nada más corrupto que intentar escalar social y políticamente a costa del buen nombre y de la honra de las personas. Ella no tiene escrúpulos a la hora de señalar a alguien de corrupto, simplemente por pensar distinto”.

Sobre su comportamiento como legisladora, Hoyos aseguró que “ella es la protagonista de la política del escándalo. Hace show y grita, pero es muy vacía de contenido”.

Desde hace algunas semanas, López empezó a recoger firmas para promover una supuesta “consulta anticorrupción”. En criterio de algunos observadores, lo que realmente está haciendo es campaña política, dando a conocer su nombre utilizando la tapadera de una campaña cívica, explotando y manipulando la molestia ciudadana respecto de la abusiva corrupción del gobierno Santos.

Lo de Claudia López, además de ser una gran mentira, es perfectamente irresponsable con el país. Corrupto es aquel que roba, pero también es corrupto aquel –en este caso, aquella- que abusa de su posición privilegiada en la sociedad para aumentar su caudal político promoviendo un discurso incendiario, cargado de acusaciones temerarias. Valdría la pena que una entidad independiente hiciera una valoración objetiva de la gestión de López en el senado de la República. El resultado sorprenderá a más de uno, empezando por ella.

@IrreverentesCol

Publicado: marzo 13 de 2017