La hora de Ordóñez

La hora de Ordóñez

El procurador Alejandro Ordóñez se ha convertido en una figura prominente del escenario político nacional, gracias a la coherencia con que ha actuado desde su llegada al Ministerio Público en enero de 2009.

Sus críticos, lo han atacado fundamentalmente porque es un hombre que no teme en hacer públicas sus creencias religiosas y morales. El ser católico practicante, ha sido motivo de persecuciones, señalamientos y burlas. Frente a ello, Ordóñez se ha mantenido impávido, defendiendo una antigua tesis que nadie ha podido desvirtuar: no existe una sola actuación pública suya que no haya estado ajustada íntegramente a derecho.

“Muéstrenme una providencia como magistrado de tribunal, como consejero de Estado, o como Procurador General de la Nación en la que yo invoque mis creencias religiosas a la hora de resolver un asunto”, repite una y otra vez este hombre de convicciones firmes y fino humor.

En tiempos de unanimismo en los poderes del Estado, donde el Ejecutivo, buena parte de la rama Jurisdiccional y las mayorías del Legislativo tienen una misma opinión sobre asuntos como el proceso de paz, el Procurador se ha convertido en la voz disonante.

Con argumentos sólidos se ha abierto un nicho que cada vez es más grande. Es la primera vez en la historia del Ministerio Público que un procurador sale de las 4 paredes de sus despacho en el centro de Bogotá, para irse a las regiones donde se requiere su presencia.

Con ocasión del cierre de la frontera por parte del gobierno de Nicolás Maduro, Ordóñez empacó sus maletas y se fue hasta Cúcuta a atender la catástrofe humanitaria que afectó a miles de colombianos que fueron arbitrariamente deportados desde Venezuela. Sin que le temblara la voz, se atrevió a calificar la medida de Maduro como un “ataque sistemático contra la población civil colombiana, de estigmatización y persecución”, razón por la que le solicitó a Juan Manuel Santos que, en su condición de Jefe de Estado, acudiera ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el fin de presentar formalmente la denuncia por los atropellos que se cometieron contra los ciudadanos colombianos afectados por la decisión atrabiliaria del gobernante venezolano.

Ordóñez es el primer procurador en salir de Bogotá e ir a trabajar directamente con las comunidades

 

La piedra en el zapato

Sus posiciones sobre el proceso de paz, le han costado que desde el presidente para abajo, lo señalen de ser “enemigo de la paz”. Lo de Ordóñez es el debate. La camorra no va con él. Como le dijo una cercana colaboradora suya a LOS IRREVERENTES, “el Procurador evita las griterías irracionales y se desvive por las discusiones sustentadas y reposadas”.

Entre los muchos contradictores suyos, se cuenta el exfiscal Eduardo Montealegre con quien tuvo fuertes contenciones, sobre todo por la disparidad de visiones respecto del proceso de paz. Un amigo de Ordóñez que habló con LOS IRREVERENTES, cuenta con algo de gracia que mientras “el abogado tolimense –en referencia a Montealegre- ejercía como abogado de las Farc, el abogado Santandereano –Ordóñez- asumió el poder de representación de la sociedad, pensando no tanto en los ciudadanos de la Colombia de hoy, sino en los de la Colombia del futuro”.

No hay semana en la que el Procurador no aparezca en un evento multitudinario en algún rincón alejado de Colombia. Emulando el estilo de Álvaro Uribe, ha implementado, a su manera, una suerte de consejos comunales en los que oye las inquietudes de la gente, discute con ellos sus problemáticas y trata, dentro de la medida de sus posibilidades funcionales, de hallar soluciones. Cada vez que sale de la ciudad, llama por lo menos 4 veces a su esposa y a sus hijas porque por grandes que sean sus ocupaciones, nunca descuida sus responsabilidades como pater familias.

Sus críticos no dudan en decir que el Procurador está en campaña. Recientemente, la exministra de Comercio, Cecilia Álvarez en su cuenta de twitter le preguntó al periodista Julio Sánchez Cristo: ¿Quién juzga disciplinariamente a un procurador que hace abiertamente política?

Trino de la exministra Álvarez acusando al procurador de participación en política.

No son pocos sus defensores. Es muy común que en las redes sociales se presenten campañas masivas de apoyo hacia él. De cuando en cuando se surgen tendencias como #YoApoyoAlProcurador y #AdelanteProcurador. No faltan los entusiastas que se adelantan al certamen electoral declarando abiertamente que respaldarán una candidatura presidencial suya, promoviendo #VamosConOrdóñez.

Se especula mucho sobre el futuro inmediato suyo al frente de la Procuraduría General de la Nación. Aun no se sabe cuál será la decisión final que adopte la sala plena del Consejo de Estado frente a la demanda que sobre su elección presentó Rodrigo Uprimny, excontratista de la procuraduría en la era de Edgardo Maya.

El asunto del Consejo de Estado no le preocupa mucho. El sabe que gana con cara y gana con sello. Si anulan su elección, quedará inmediatamente de primero en el partidor por la carrera presidencial. Si le permiten continuar en el cargo, ejercerá hasta el último minuto con el mismo talante y dedicación que los colombianos le han visto a lo largo de estos años que ha sido jefe del Ministerio Público.

Sus platos favoritos: los mariscos y la carne oreada. Le gusta el dulce, pero por la diabetes que padece, lo evita al máximo y, entre risas, le dijo a LOS IRREVERENTES que come mucho pan, pero desde hace unos años evita untarle “mermelada”.

De cara al futuro

Algunos dan por descontado que, de aspirar a la presidencia, Ordóñez tramite su candidatura a través del partido conservador, colectividad a la que siempre ha pertenecido. No obstante, su cercanía con el uribismo es tan grande que para muchos miembros del Centro Democrático él debería ser el hombre, ya sea como candidato propio o en coalición.

Igualmente, no se descarta que Ordóñez decida aspirar como candidato independiente e inscriba su nombre respaldado por firmas de ciudadanos que promuevan su candidatura.

Al margen de los asuntos propios de la mecánica electoral, lo cierto es que Alejandro Ordóñez es visto por miles de colombianos como el hombre que debe enfrentar en las urnas al candidato que presente Juan Manuel Santos para que lo suceda en la presidencia de la República.

Y por aquello del movimiento pendular de la política, es muy posible que Ordóñez logre recoger el creciente sentimiento de insatisfacción que se vive en Colombia, en el primer intento y sin mayor experiencia en la política electoral llegue a la presidencia de la República.

@IrreverentesCol