La consulta popular

La consulta popular

Gordiano es aquel nudo que se hizo célebre en la Grecia antigua, cuyos cabos estaban escondidos y deshacerlos era una misión perfectamente imposible de cumplir. Cuando Alejandro Magno se vio enfrentado al desafío de deshacer el nudo, con todo el pragmatismo, resolvió desenfundar su espada y cortarlo de un solo tajo.

Al parecer, es igual de imposible lograr que los sectores que integran la coalición del NO puedan hallar un acuerdo para definir el mecanismo para elegir a un candidato único entre Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez, haciendo que este pulso se parezca al nudo gordiano, pues a pesar de los esfuerzos, la solución se encuentra cada vez más lejos.

Lo transparente, lógico, eficaz y democrático es que el candidato sea elegido a través de una consulta popular que se celebre concomitantemente con las elecciones del congreso, previstas para el próximo 11 de marzo. La opción de la consulta goza de mucha acogida en las filas del uribismo, particularmente por el candidato del Centro Democrático, Iván Duque quien desde siempre defendió esta alternativa desde que era precandidato presidencial.

En múltiples intervenciones, Duque ha pedido que el candidato de la coalición sea elegido por una consulta, propuesta que goza de toda la legitimidad, pues lo que se busca es que la candidatura quede en manos del sector que integra al NO con mayores posibilidades de triunfo.

Por tratarse de facciones políticas con diferencias de fondo, pensar en una encuesta para determinar el nombre del candidato, no es una alternativa que sea aceptable pues en la decisión deberán participar con igualdad de condiciones los uribistas, los pastranistas y los seguidores del exprocurador Ordóñez. Por su propia naturaleza, los sondeos son excluyentes y no garantizan que en el universo de las personas encuestadas haya participación proporcional de los 3 sectores en competencia.

Cada uno de los candidatos obviamente querrá que se adopte el mecanismo con el que tendría mejores opciones. Marta Lucía Ramírez, por ejemplo, le apuesta a la encuesta o al consenso porque sabe que en una elección abierta y universal no le será fácil derrotar al Centro Democrático, el partido con más popularidad y mayor intención de voto de Colombia.

Frente al consenso, aunque es la mejor alternativa será muy difícil que éste se logre. No es realista pensar que alguno de los candidatos deje de lado su legítima aspiración, pues valga decirlo, el trabajo que cada uno de ellos ha hecho es admirable en el entendido de que no es fácil emprender una campaña política en un escenario tan hostil como el que ha creado el gobierno de Santos y las Farc.

Así las cosas, todo debe apuntar hacia la consulta popular y que sea el pueblo el que decida, con su voto, quien, entre Duque, Marta Lucía y Ordóñez, será el candidato del NO que someterá su nombre en la primera vuelta que tendrá lugar en mayo de este año.

@IrreverentesCol

Publicado: enero 9 de 2018