La boca del lobo

La boca del lobo

El Centro Democrático debe saber exactamente a lo que se está metiendo si entra a la campaña por el NO.

 

Todo indica que el Centro Democrático terminará haciéndole campaña al NO en el plebiscito, pues como han podido establecer LOS IRREVERENTES, con muy pocas excepciones, las directivas y los parlamentarios de esa colectividad están convencidos de que ese es el camino que hay que adoptar.

Voces muy importantes en el partido como la del senador José Obdulio Gaviria y el exvicepresidente Francisco Santos, han asegurado a través de este portal que aunque será una campaña difícil, lo que corresponde políticamente es hacer de la campaña del NO una oportunidad para que el pueblo no solo se pronuncie frente a los acuerdos con las Farc, sino que emita un voto de castigo contra el impopular gobierno de Juan Manuel Santos.

En la otra orilla se ubican personas como Carlos Holmes Trujillo y Sergio Araujo quienes, con todo pragmatismo, advierten sobre las consecuencias que tendrá que asumir el partido si éste resuelve entrar en la campaña y es arrollado por la multimillonaria campaña del SÍ.

Aun no se ha tomado una decisión definitiva, pero no está de más poner de presente algunos elementos que deben ser tenidos en cuenta antes de que los uribistas apresuradamente resuelvan meterse de lleno en la campaña por el NO.

En caso de que al final termine imponiéndose el SI, el Centro Democrático no podrá decir que el resultado es fraudulento, porque desde antes de empezar la campaña eso se sabía. Tampoco se podrá responsabilizar a la “mermelada”, porque para nadie es un secreto que desde hace meses por toda Colombia corren ríos de dinero público con el que el gobierno está ambientando su campaña plebiscitaria. Algunos alegarán que la campaña fue desigual en materia de cobertura mediática, lo cual es algo que desde ya es un hecho.

Mientras el gobierno tendrá a disposición suya una chequera inagotable, pues como lo ha advertido el dirigente uribista Sergio Araujo, a Santos no le importará dejar perfectamente arruinado al país con tal de ganar ese pulso, los opositores tendrán que hacer la campaña, literalmente, con las uñas.

 

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Santos tiene de su lado la chequera oficial, los medios de comunicación y  la maquinaria política del país

El NO tiene a su favor algo que es innegable: el inmenso desprestigio del gobierno. Y eso, como se lo dijo a LOS IRREVERENTES el senador Jaime Amín, es lo que explica la imposición abusiva e ilegal del umbral del 13% que es, a fin de cuentas, el magro porcentaje de respaldo popular con el que cuenta Juan Manuel Santos.

Así las cosas, el “banderazo” de la votación del plebiscito serán los 4.5 millones de votos que el gobierno necesita. Como le aseguró a LOS IRREVERENTES un viejo jefe conservador: “Antes de empezar la jornada del plebiscito, esos votos ya van a estar dentro de las urnas”.

La capacidad de Uribe

En esto hay algo cierto: la formidable capacidad de Álvaro Uribe de sacar adelante causas que parecieran imposibles. El último ejemplo lo dio en 2014, cuando, literalmente, se echó al hombro la inviable candidatura de Oscar Iván Zuluaga y logró que casi 7 millones de personas votaran por él, un candidato perfectamente gris, sin sabor ni atractivo ninguno.

Conocedores del uribismo de la vieja guardia, aseguran que si en 2003 Uribe no hubiera delegado en el exministro Fernando Londoño la campaña del referendo y hubiera asumido él mismo las riendas de aquel ejercicio democrático, el resultado habría sido la victoria y no la derrota que propició Londoño por su falta de tacto y liderazgo.

En conclusión, si la decisión es la de entrar de lleno a promover el NO, el uribismo debe saber que se está metiendo a la boca del lobo. Van a hacerle trampa, no va a tener una sola garantía, los medios no le van a dar el mismo despliegue a su campaña, no tendrá ni de cerca los mismos recursos para invertir en publicidad y, sobre todo, deberá estar preparado para la infame campaña de desprestigio que seguramente se desatará en su contra.

@IrreverentesCol