Rafael Gómez Martínez: Indicadores de coyuntura

El Dane presentó un boletín llamado Indicadores de Coyuntura el cual pasó totalmente desapercibido por la opinión pública. Teniendo en cuenta que ingresamos a noviembre, mes en que las empresas deben estar cumpliendo sus presupuestos en niveles del 70% o al 80% para rematar el año, los indicadores de coyuntura económica deberían ser tenidos en cuenta por todos los agentes económicos con el fin de ajustar sus resultados para el cierre de balances.

Las familias, a su vez, comienzan a mirar el final del año con la angustia debida teniendo en cuenta que se vienen las matrículas, las alzas de enero y la pérdida del poder adquisitivo por cuenta de la inútil negociación del salario mínimo vigente.

Sin embargo, las familias se las arreglan con un esfuerzo infinito para tener un fin de año amigable en medio de la inflación galopante, un cepillo de dientes Colgate $13.500, la cual sufrió un fenómeno de deflación como ya lo veremos más adelante.

Las autoridades monetarias en cabeza del Banco de la República, ente rector de nuestra economía, deberían explorar los resultados de sus políticas las cuales se supone están encaminadas para impulsar el crecimiento económico con la respectiva disminución del desempleo.

No en vano, Miguel Urrutia comentó: Como responsable de la política monetaria, el Banco de la República obviamente debe también contribuir a minimizar el desempleo. Valdría la pena ser explícito sobre cómo se puede lograr ese objetivo. (Urrutia, marzo 2001, memorias de seminario Empleo y economía)

En cuanto a los resultados, el Dr. José Darío Uribe dijo que la reforma tributaria es necesaria para tapar el hueco de los ingresos por cuenta de la caída de los precios el petróleo, pero nunca menciona el tema del gasto del gobierno central el cual sobre pasó un punto de la regla fiscal establecida.

Supone el Dr. Uribe que el crecimiento económico apenas llegará al 2% cuando al finalizar el gobierno de AUV fue superior al 6%. Las tasas de interés, a su vez, se mantendrán al alza, lo cual encarecerá los créditos de consumo y de tarjetas de crédito los cuales se encuentran varios puntos por encima de la usura.

Para el trimestre móvil junio agosto 2016 la tasa de desempleo se ubicó en el 9.2%. Ya estamos cerca de dos dígitos con el agravante que el incremento de la participación laboral se estancó. Es decir que las empresas no están contratando nuevo personal, se mantienen con lo justo para funcionar. Si no es que el incremento de solicitudes para permisos de despidos colectivos en el Mintrabajo esté en aumento.

En cuanto a los índices de precios al consumidor, al mes de septiembre se presentó un fenómeno histórico: deflación de -0.5%. Una deflación se presenta cuando por un exceso de oferta se provoca una disminución exagerada de los precios. Esto, lo que quiere decir es que los productos de consumo, por ejemplo, se quedaron en las estanterías de los supermercados o tiendas de abarrotes. Es decir que las familias no están comprando las mismas cantidades o están sustituyendo productos de la canasta básica.

Los indicadores de comercio exterior continúan en picada. La balanza comercial negativa con un saldo superior a los U$1.500 millones Analistas consideran que el déficit en cuenta corriente podrá ser superior al 8%.

La volatilidad del dólar por cuenta de la incertidumbre antes, durante y el post conflicto donde el inversionista carece de los elementos de juicio necesarios para invertir en el país. Esto tiene una repercusión directa en la deuda pública la cual ya supera el 45% del P.I.B.

La devaluación del peso frente al dólar ha causado una disminución en los ingresos operacionales a las grandes empresas del 25%, lo cual afectará sustancialmente los presupuestos del 2017.

Todo lo anterior, mientras que el príncipe de Anapoima y su corte se divierte en Cartagena, dos veces en menos de dos meses, a razón de $ 5.500 millones cada una con vajilla para la paz incluida, contratos para su hermano para la realización de los eventos, las almendras son cosas del pasado.

¿Quién asumirá la responsabilidad cuando el próximo gobierno le ponga el espejo retrovisor teniendo en cuenta el desajuste económico que se presentará al 2018?

En un país donde nadie se hace responsable de nada, la actual junta directiva del Banco de la República debería asumir sus culpas.

En un país donde se perdió la vergüenza moral, en un país donde se vive como si estuviéramos en un cuento de hadas cuando la realidad económica va por otro camino, nadie asumirá su responsabilidad.

Puntilla: ¿Será verdad que las Farc están lavando dinero desde Suiza? Me niego a creerlo. Y, de ser cierto: ¿quiénes se estarán prestando para ello?

@RaGomezMar